LOS INTELECTUALES Y LOS VERDES EN
EUROPA
Por Rolando Arturo Leiva
20 de Febrero 1990.
_______________________
En espacios sucesivos, dedicaremos estas páginas a comentar para el lector chileno
el panorama europeo de hoy día junto a sus distintas facetas: el mapa del
continente y sus modificaciones o continuidades; las realidades del mundo material y
tecnológico; la actualidad económica y financiera, junto a los problemas ecológicos
siempre importantes; si fuera el caso, también novedades deportivas o musicales,
sin olvidar a veces nuestra propia imagen de latinoamericanos y chilenos aquí en
Europa.
En esta oportunidad, hemos elegido referirnos al conjunto de la realidad europea tal
como se puede apreciar a través de la perspectiva de un partido como el de Los
Verdes.
_______________________
LOS INTELECTUALES Y LOS VERDES EN
EUROPA
Por Rolando Arturo Leiva
20 de Febrero 1990.
La posición del partido Verde en Europa hoy parece dar lugar a muchas
interrogantes. Los Verdes son posiblemente la única innovación de importancia
acaecida en el espectro político europeo en los últimos 25 años. La posición del
partido respecto a los problemas medio ambientales, no tiene porqué ser, sin
embargo, automáticamente una posición original respecto a los nuevos problemas
que enfrenta Europa. Pero da la impresión que en ella Los Verdes quisieran jugar
un papel criticando o tratando de limitar ahora el poder de los Estados europeos
como tales. En Alemania, por ejemplo, este partido se manifiesta contrario a la
reunificación. Ha encontrado en este último país uno de sus líderes en la persona de
Daniel Cohn-Bendit, quién fuera una figura destacada, quizás la más importante, del
movimiento de agitación estudiantil en Francia el año 1968. El partido de Los Verdes
también ha sido por otra parte recientemente fundado en República Democrática
Alemana (RDA).
De ser esto último correcto, la posición anterior podría tener alguna relación con las
opiniones emitidas por intelectuales alemanes que tampoco sienten demasiado la
necesidad de fundar desde ya un nuevo y único Estado alemán. El dramaturgo
alemán, Heimar Müller, autor de la obra Una Muerte en Berlin, ha declarado, por
ejemplo, hace poco, que “la caída de Honecker llega con años de retardo, mientras
la reunificación llega con años de adelanto“. Tampoco es partidario de la
reunificación de Alemania, aunque reconoce que esta posición es irreal en la
práctica. Por su parte, el escritor Günther Grass, ha expresado opiniones similares al
ser entrevistado no hace mucho tiempo.
Si nos vamos por ejemplo a un país como Italia, interesante de analizar, pues
todavía existe allí un Partido Comunista de importancia, Los Verdes también
discuten estos temas, aunque muy divididos entre sí. Aparecieron algunas veces
como un archipiélago político, pero hoy día, a la luz de la situación interna que
muestran, han sido calificados más bien como un rompecabezas político que como
archipiélago. El partido ambientalista como se le denomina en Italia, tiene dos
tendencias principales, la Sol que Ríe, tendencia moderada y tradicional en el
ecologismo, contra la tendencia Arcoiris a la cual se han integrado elementos
disidentes de anteriores organizaciones marxistas, como Democracia Proletaria.
El problema central se encuentra en el papel que puede jugar el partido Verde frente
a la realidad que está en gestación en Europa. Las ideas de los ecologistas son
populares en algunos sentidos, especialmente en lo que dice relación con la
cuestión protección del medio ambiente, pero irreales e impracticables en otros. Un
punto a aclarar, es cuanto pueden canalizar Los Verdes el descontento frente al
marxismo, o por el contrario, harían un aporte a un nuevo marxismo o socialismo
renovado. Hasta ahora, la actitud de Los Verdes es criticar la política tradicional tal
como la ejecutan los partidos políticos institucionalizados, pero, -extendiendo este
concepto-, actúan también con desconfianza frente a realidades como Estado,
Pueblo o Nación, que igualmente reciben críticas por parte de los intelectuales. La
intolerancia empieza a rodear a los intelectuales en Alemania, dice, por ejemplo el
dramaturgo Müller. “Cuando la multitud de Leipzig gritaba nosotros somos un solo
pueblo, me venía a la cabeza -cuenta este autor en una entrevista recientemente
concedida a un cotidiano europeo- que Bertold Brecht hablaba de población, nunca
de pueblo”.
Hay una cierta forma de disenso general que se manifiesta entonces a través de
estos sectores políticos ante la Europa que se encuentra naciendo. Si es así, este
disenso -dadas las experiencias y lecciones del pasado europeo-, no puede ser
simplemente anulado, aunque todavía estemos muy lejos de saber qué dirección
definitiva va al final a tomar.-
Arturo Leiva O.
Desde Europa
Rolando Arturo Leiva
20 de Febrero 1990.