POSIBILIDAD DE PLEBISCITO EN AUSTRIA
SOBRE LAS SANCIONES DE LA UNION
EUROPEA
Por Rolando Arturo Leiva
5 julio 2000
Heidelberg, (Alemania) - Al momento de haber asumido Francia la Presidencia de
la Unión Europea el domingo pasado, -Presidencia que le corresponde por derecho
de rotación y que debe ejercer durante los próximos venideros seis meses-, se ha
venido a replantear el conflicto que la Unión Europea mantiene con Austria, a partir
del momento que éste último organismo impusiera sanciones a Austria en febrero
del año pasado.
La posibilidad ha aparecido desde el momento en que el Presidente francés,
Jacques Chirac, en su discurso de inaguración de esa Presidencia francesa,
pronunciado delante de la sede del Parlamento Europea en Estrasburgo, ha
mencionado, por ejemplo, -entre otras materias-, que Francia, al hacerse cargo de la
Presidencia de la Unión Europea, es partidaria de implementar las necesarias
reformas a los estatutos de la Unión, para hacer posible el ingreso de nuevos países
a ésta, “principalmente de aquellos del este de Europa”. En lo concreto, señaló
Chirac, su país está interesado en que se aceleren las negociaciones actualmente
en curso con 13 países, -que se encuentran, en estos momentos solicitando su
ingreso a la Unión Europea-, para facilitar así el ingreso de aquellos que serán
nuevos miembros, y entonces, poder Francia proponer estas reformas ya en la
próxima Conferencia de Niza , a celebrarse el próximo diciembre de este año.
En este sentido, sin embargo, -y empleando la posibilidad que le brindan los
estatutos de la Unión Europea, de que el ingreso de todo nuevo miembro debe ser
aprobado por la unanimidad de los participantes de la Unión-, Austria, a través de
su Canciller Wolfang Schuessel, ha hecho saber que este país podría hacer uso,
precisamente, de su derecho de veto, si previamente no se levantan las sanciones
impuestas a ella en febrero de este año.
En términos generales, se considera a ésta, entonces, una posición desafiante del
gobierno austríaco actual, -el que había estado tratando, por todos los medios
posibles, que se levantaran las sanciones en su contra la semana pasada, es decir,
antes que asumiera Francia la Presidencia de la Unión Europea-, por considerar que
este último país es el que principalmente respalda las medidas en contra de Austria.
Con el fin de implementar lo anterior, el Canciller Schuessel ha planteado la
posibilidad de realizar un plebiscito el 29 de octubre o 26 de noviembre de este año,
el que estaría destinado, en caso de que así se lo decidiera por mayoría, a obtener
apoyo en la población austríaca para vetar el ingreso de nuevas naciones, si no se
levantaran dichas sanciones.
Las sanciones impuestas por la Unión Europea a Austria, en febrero de este año,
-como se recordará-, tuvieron por causa el ingreso del partido liberal (FPÖ) de Jörg
Haider, a un gobierno de coalición con el Partido del Pueblo -este último de
tendencia derechista populista-, y, conjuntamente, por ser estimado el primero, un
partido racista y xenófobo, así como el considerar que su Presidente Haider esun
exponente conocido de posiciones que han tratado de minimizar lo sucedido durante
el Tercer Reich alemán y la Segunda Guerra Mundial.
Pero, conjuntamente con la imposición de estas sanciones, se ha venido tomando
en cuenta el escaso peso económico de las mismas, y sobre todo, lo injusto y fuera
de la ley europea que estima la mayoría de los austríacos al hecho de que se
impongan sanciones a su país por una cuestión de política interna, todo lo cual,
-dicen los analistas- pudiera conducir a un incremento aún mayor de la popularidad
del partido de Haider. Tomando en cuenta esos factores, se había estado intentando
la semana pasada entonces un camino de retroceso de las medidas anteriores, que
permitiera “salvar la cara”, consistente, -según se había informado-, en la formación
de un grupo especial a nivel europeo, con la finalidad de estar permanentemente al
corriente del estado de los derechos humanos y de la situación de los extranjeros en
Austria, idea, frente a la cual, el gobierno austríaco había aparentemente mostrado
su conformidad.
En la actualidad, sin embargo, al asumir Francia la Presidencia de la Unión Europea,
el conflicto, parece en cambio menos fácil que se resuelva en el corto plazo. Tanto el
Primer Ministro francés, Lionel Jospin, como el Presidente Jacques Chirac, han
hecho saber que no esperan ni creen probable que las sanciones en contra de
Austria sean levantadas en el curso de su Presidencia. Esta negativa a reconsiderar
las sanciones, ha hecho nuevamente responder en estilo desafiante a Jörg Haider,
a través de una declaración en la radio austríaca, donde señalara que, ahora que
Francia ha dicho que nada va a cambiar durante la Presidencia francesa, “decimos
muy enfáticamente que nada se va a mover tampoco”, -alusión entonces, que indica
que Austria puede llegar a bloquear con su voto negativo el ingreso de nuevos
países a la Unión Europea. De la misma manera, Haider, en una de sus ya
características alusiones al Presidente francés, ha agregado que, a consecuencias
de lo anterior, Chirac, durante su Presidencia de la Unión Europea, a través de los
próximos seis meses, “no va a ser más que un gigante ruidoso como Goliat,
encadenado por muchos enanos, incapaz de moverse”.
Pese a todo ello, se considera al mismo tiempo, en diversos círculos austríacos, que
el gobierno de coalición actual, en realidad está bastante lejos de contar con todo el
apoyo interno que quisiera para la celebración del plebiscito anunciado. No sólo la
oposición, sino la mayoría de la población, lo ha venido rechazando hasta aquí,
principalmente como algo sin clara finalidad, y que además representa un
considerable desembolso de dinero prácticamente inútil. Más aún, el jefe de la
oposición al gobierno de Schuessel, Alfred Gusenbauer, del partido socialdemócrata,
-partido que, sin embargo, también se opone al boycot del resto de las naciones
europeas en contra de Austria-, ha planteado la posibilidad de que el plebiscito
puede llegar a transformarse en el primer gran fracaso político de la coalición
gobernante Haider-Schuessel.
El plebiscito está programado en principio para el 29 de octubre o 26 de noviembre
y se encuentra formulado en base a seis preguntas distintas, ninguna de las cuales
puede ser respondida en forma aislada. La primera de ellas, señala, textualmente:
“si las injustificadas sanciones aplicadas en contra de Austria deben ser levantadas”.
Aparte de lo anterior, otras declaraciones atribuídas a Haider en estos momentos,
parecen indicar que, a través de un estilo confrontacional hacia la Unión Europea, la
coalición gobernante austríaca, ve probablemente un medio para obtener ventaja, y
al mismo tiempo, tratar de encontrar una salida a la crisis, en circunstancias de que,
tal como se lo señalara, las sanciones de la Unión Europea, no parecen haber
debilitado en forma alguna el apoyo para el partido de Haider en el plano interno.-
RAL
Heidelberg (Alemania)
5 julio 2000