TENSIÓN EN LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA
Por Rolando Arturo Leiva
16 de Enero de 1992
Contradicciones continuas, más aires de corruptelas y escándalos, producen
sacudimientos en España. Una bien, completa, y hasta cierto modo exitosa en
grado sumo democracia española, -la cual intentó incluso erigirse en modelo de
transición de un régimen autoritario a otro democrático-, exhibe ahora subterráneos
pero no menos evidentes temblores. “Esta no es la democracia que habíamos
imaginado”, exclaman por ejemplo algunos sectores. “Democracia claro, pero lo que
tenemos ahora no”, agregan otros. La Democracia se ha quedado corta,
diagnostican los más pesimistas. Pues, la ennumeración de los males no es tan
ligera: primero, se trataría que, a la Democracia, la está poniendo en jaque un alto
nivel de corrupción política; en segundo lugar, persistencia del autoritarismo,
manifestado en formas diversas y que no acepta desaparecer de la escena; a
continuación, divisiones internas en el partido gobernante,; y por último, ineficacia
opositora para detener tales males.
Pero las molestas miradas de los españoles van dirigidas de preferencia al partido
gobernante, el PSOE . Luego de haber gobernado diez años, “existe en ese partido
un cinismo declarado“, argumentan unos. Y aquella actitud no trepida en hacerse
pública. “Como yo no sé por quién votar, -se diría que alguien opinó-, votaré por los
socialistas“. Cunde entonces el desencanto ante el partido. Quienes lo apoyaban,se
declaran ahora lejanos de él, mientras el vacío ha sido llenado por una supuesta
corte de aduladores, banqueros, industriales y “gente linda“ que se ha puesto a su
alrededor, y los adula mandándoles dardos seductores. Órganos de prensa de
Madrid, por ejemplo, pintan ya a un Felipe González muy lejano de los aires iniciales
que le dieron fama, pasando a ser ahora en cambio alguien a quién se podría quizás
calificar como un degaullista. Y en total, lo que se denomina clase política parece
haber adquirido una pobre imagen pública, opiniones que encuentran su eco y se
popularizan en el Parlamento mismo.
Del interior del partido gobernante, salen voces igualmente críticas y que cuestionan
el proceso político actualmente en curso. “En efecto, se conquistó una sociedad
libre, -dicen unos-, pero lo conquistado es totalmente diferente de lo que habíamos
imaginado“. Lo actual, como puede verse, -agregan- es en realidad un resurgimiento
del neoliberalismo y de una nueva derecha, y la libertad conseguida es ciertamente
esencial, -dicen- aunque de ella saca más bien provecho aquel que tiene ante todo
la capacidad de pagar“.
Las corruptelas denunciadas ocupan, empero, los lugares más destacados en
páginas y debates públicos. Los pensamientso del Rey al respecto, han sido
conocidos públicamente, y a menudo se escriben sonoros editoriales llamando a
cortar definitivamente las vinculaciones entre “política y dinero“. ¿A cuánto alcanza
realmente la corrupción en España ?, tratan de medir algunos. A mucho, se
responden, pero en todo caso no tanto como en Italia (!), sostienen como si aquello
resultara muy tranquilizador.
El punto que más agrava tal sensación de ininterrumpidas corruptelas, son las
palabras del propio gobierno que dice combatirla y ser extraña a sus fines, y al
sistema político imperante, al tiempo que todos la ven cundir. Y ese semioculto
autoritarismo que parecen no haber acertado a erradicar los socialistas, sino hasta
haberlo empezado a usar, también apreta el cuello a España.
La época de los golpes de Estado ha pasado, sí, declaran incluso los sectores más
conservadores, por tanto, ahora, toda confrontación política se produce al interior del
sistema y ya no más contra él. La actitud del Ejército, cuyo grado de profesionalismo
se reconoce aumentado, y cuyas actividades se encuadran ahora dentro del marco
de la OTAN (NATO), parece coincidente. Sin embargo, un proyecto reciente
mediante el cual se autorizaba a la policía a detener a cualquier persona que no
portara su carta de identidad y a invadir la propiedad privada sin advertir a sus
moradores, provocaron manifestaciones de miles de personas, y fue calificado como
uno de los más serios intentos realizados hasta la fecha por modificar la Constitución
política en lo que a los derechos de las personas se refiere. También el sentimiento
de desconfianza hacia la Policía y la Guardia Civil -dos organismos a los cuales se
considera que han dejado de estar en consonancia con el sistema democrático
imperante- se manifiesta de diversos modos. Críticas en particular se dirigen contra
la Policía a causa de actitudes autoritarias suyas y el uso que aparentemente le ha
dado a la avanzada teconología empleada. Replica a su vez ésta, que aquella
tecnología, permite fundamentalmente hacer más efectiva la lucha contra el
terrorismo y las drogas. Pero no obstante ello, se sigue diciendo que los poderosos
barones de la droga se encuentran haciendo uso en plena tranquilidad de sus
lujosas residencias en las costas de Galicia, y nada se hace en su contra.
Hasta el momento sí, nadie concibe que pueda existit una real alternativa al Partido
Socialista Español, el cual, por su parte, ha logrado maniobrar tanto que, ahora,
ocupa incluso una porción del espectro político que debería corresponder a la
derecha. Voces críticas han calificado este fenómeno como “Social-Felipismo“ que,
-argumentan-, ha logrado combinar lo peor del capitalismo, -la corrupción-, con lo
peor del socialismo, la demagogia.
Pero el líder del Partido y Jefe de Gobierno es en realidad la persona que ha logrado
una de las sólidas combinaciones de objetivos políticos de la historia política
española. Parecería que lo logrado por él, además, es algo inconcebible para un
partido de izquierda: abandono del marxismo, término de la oposición de la entrada
de España a la OTAN (NATO); aceptación de la monarquía como una de las bases
para sustentar la democracia, políticas de distinto tipo antiinflacionistas, y
finalmente, el apoyo brindado a la coalición que dirigieron los EEUU en la guerra del
Golfo Pérsico.
Se las llama a veces “políticas heréticas“, pero que no han resuelto aún todos los
problemas poniendo esa actual nota de tensión en la democracia española.-
Arturo Leiva O.
Desde Europa
(Publicado en El DIARIO -(Finanzas.Economía.Comercio)- de Santiago
de Chile, 23 de Abril de 1992)