EX URSS VERSUS RUSIA: NUEVOS

FANTASMAS

 

 

Por Rolando Arturo Leiva

31 de Enero de 1992

 

 

Se pudo oir hace algún tiempo la voz del sociólogo francés Alain Touraine decir que

en la realidad mundial actual, el llamado “conflicto de clases“ estaba o iba a ser

sustituído por al conflicto ahora nacional o entre nacionalidades. La formulación

resulta clara, pero la explicación se hace todavía oscura. ¿Por qué ?. Tratemos de

razonar algo al respecto. El ejemplo por excelencia lo brinda ahora la realidad que

está emergiendo y saliendo a la superficie después del hundimiento de la que fuera

la anterior URSS.

La URSS representaba ante todo un tipo de Estado, el de los más fuertes, coherente

en sí mismo, extenso en relación al alcance geográfico de su poder, de los que

existiera alguna vez, y el primero, según sus sostenedores, apoyado en bases

totalmente racionales: la llamada ideología científica de la realidad, el “socialismo

científico“. Nada proveniente desde afuera pudo acabar ni superar ese Estado

excepto una cosa: su propia incapacidad para hacer realidad lo que propugnaba.

Imprevistamente sucumbió con todo su peso racional encima y su supuesta

invencibilidad a cuestas.

Pero si hemos sido testigos de una realidad de estas dimensiones, la pregunta por

tanto es, ya, qué va a crearse en su reemplazo, cuál fórmula institucional va a surgir

reemplazando a una realidad que lo dominaba todo. Parece que una sola, y aquí

entramos a la idea de Touraine: el concepto de “nosotros“, versus “ellos“, el

concepto de ser autosuficiente y ser representante sólo de sí mismos, el concepto de

que no debemos aceptar a nadie que habla por nosotros, que ahora hay que ser

fuertes a cualquier costo, y que esto es sólo lo que vale, la idea de que el extraño, el

extranjero, -ése al que tantas veces se nos quiso unir a la fuerza porque eso

convenía al Estado para aplicar mejor su poder-, es nuestro rival y probablemente un

enemigo y, por último, resumiéndolo todo, que “nosotros“, somos mejores a “ellos“.

A tal cosa podría apuntar Touraine diciendo lo que dice respecto a las

nacionalidades en conflicto y ahí también pudo estar el filo de navaja que separó a

Gorvachov de Yeltsin, en la compartida lucha que dieron ambos contra el

comunismo soviétivo. Con el primero, permanecía la idea de una entidad de todos, el

Estado, la idea de que había que dejarse representar, de solemnidades que

respetar, abstracciones en las cuales creer; el segundo traía a cambio el concepto

de “sí mismo“, de que lo predominante es la identidad particular y no el mecanismo

de asociación de unos con otros.

Tal es la razón que explicaría, /como emana de algunas fuentes/, el hecho que

ahora esté apareciendo en Rusia la idea de revancha, la idea de volver a recuperar

las posiciones perdidas que ocupaba Rusia en la antigua Unión. Cuando lo que

había y que dominaba a todos los pueblos desaparece, reaparecen en cambio las

desigualdades de los que estaban dominados, y ahora sí pueden, tranquilamente,

lanzarse unos contra otros.

Así de sombrío pintan algunos el futuro después de haber acabado la lucha contra la

entidad soviética.Triste sería sin duda. Pero ciertamente, la independencia de

Ucrania empieza a herir en carne viva a los rusos. Y la libertad obtenida por cada

República parece, entonces, no algo destinado a permanecer, sino sólo la fase

previa a que unos quieran predominar y se impongan sobre los más débiles. O

también podría estar en curso la preparación de nuevas alianzas.

Sostienen algunos que signos preocupantes de ello son, por ejemplo, esa

verdadera histeria antiucraniana que se percibe en los periódicos rusos y la actitud

de todos aquellos historiadores, filósofos e intelectuales que por décadas habían

pintado con los colores más negros la historia de la mayor autocracia del mundo,

dominando a través de 300 años a todos los pueblos menores, a los que

súbitamente ahora parece embargar un espíritu chovinista ruso. Y se agrega a ello el

símbolo por excelencia del antiguo Estado: las Fuerzas Armadas. Si las Fuerzas

Armadas estaban “colgando“ por así decirlo del anterior Estado, ¿de quién

dependerán ahora ?. ¿O se fraccionarán y se lanzarán también unos contra otros ?.

Sorprendentemente, el vacío dejado por el Estado anterior empieza a ser llenado por

un deseo de tomarse el desquite contra los demás, de reconstruir quizás la antigua

Unión, base de la existencia de esas Fuerzas Armadas.

Este mecanismo de razonamiento no deja de tener alguna lógica. Ahora ya sabemos

que el anterior Estado Soviético no estaba sólo impregnado de abstracción, era

también un Estado Nacional, más ruso que lo que quería aparentar. Y esa voluntad

nacional que derribó el comunismo, ¿porqué no puede sentir que debe seguir siendo

fuerte frente a otros que se le oponen ?. No carece de lógica, repetimos.

El orgullo nacional ruso se siente de pronto herido porque ha mirado a su alrededor

viendo atónito cuán reducido territorialmente se encuentra ahora, que, por ejemplo,

ya no posee ni el mar Negro ni el mar Báltico. El Ejército, por su parte, puede no

querer ser víctima de la desintegración que lo amenaza, lanzándose a la arena

planteando intereses corporativos. Es también factible la posibilidad de alianzas de

los menor fuertes contra Rusia, o la posibilidad de que esas alianzas comprenden

naciones exteriores a la antigua Unión, como en el caso de las repúblicas

musulmanas y, por último, puede darse el interés de mantener las armas atómicas

como símbolo de poder. Son realidades emergentes que provienen de hacer del

concepto de “nosotros y no ellos“, el elemento gravitante.

La actual etapa porta pues una amenaza regresiva, y puede hasta hacer renacer

pretensiones estatalistas monopolizadoras del poder. En cualquier caso, se trata de

una dinámica a comprender pues la proposición de Touraine puede tener más visos

de realidad que lo que pareció al principio. Si sólo van a revivirse los conflictos

cambiando de carácter, sería una lección muy lamentable, después de los sacrificios

que demandó soportar la existencia de una aparente entidad supranacional.-

 

Arturo Leiva O.

Desde Europa

 

(Publicado en El DIARIO -(Finanzas.Economía.Comercio)- de Santiago

de Chile, el 1 de Abril de 1992.)