UNA PROEZA DE LA INFORMACIÓN: EL
INSTITUTO IBEROAMERICANO DE BERLIN
(PARTE I)


Por Rolando Arturo Leiva
8 de Julio de 1992.


Respetable y casi centenario, en la Plaza de Postdam, vecina al jardín Tiergarten
-en el ex Berlin Occidental-, se alza el venerable Instituto Iberoamericano de Berlin,
herencia de la preocupación prusiana por América Latina. Es la institución más
especializada de Alemania para desarrollar estudios sobre América Latina, el Caribe,
Brasil, España y Portugal. En estudios hispánicos, portugueses y latinoamericanos,
se la considera igualmente la mayor biblioteca especializada de Europa. Reúne un
número total de volúmenes que asciende a la cifra de 620 mil, enriquecidos con las
colecciones legadas por los llamados “americanistas“ alemanes: Walter Lehman,
Max Uhle y Robert Lehman-Nietsche, incrementándose anualmente en unos 12 mil
volúmenes adicionales. Su fondo de información permanente lo integra además el
número casi inaudito de 4.200 distintas revistas latinoamericanas de actualidad que
recibe regularmente, dentro de las cuales es posible encontrar desde un menudo
Boletín Astronómico aparecido dos veces, por ejemplo, en la ciudad de Talca, Chile,
el año 1948, hasta el pequeño Cuaderno de Numismática para aficionados que se
edita en la ciudad de Medellín, Colombia. La Mapoteca del Instituto reúne asimismo
unos 25 mil mapas topogaficos y temáticos. El Archivo Fotográfico guarda por su
parte unas 23 mil diapositivas, junto a otros fondos fotográficos de distinta
importancia. Su Fonoteca, está integrada a la vez por alrededor de 16 mil discos y
cintas. Y finalmente, agrega una colección folklórica que contiene 700 piezas de
exposición, especialmente provenientes del arte popular brasileño.
El Instituto se origina de una historia de tenacidades. Consecuencia de símiles que
lo precedieron, pero que no prosperaron, -entre ellos el Instituto Germano-
Sudamericano de Aquisgrán, fundado en 1912 por el Dr Paul Gast, y el Instituto
Ibero-Americano de Hamburgo-, fue alcanzando de a poco su meta de la información
multiabarcante. A los dos Institutos anteriores, la Primera Guerra Mundial sesgó,
cuando, por ejemplo, el de Aquisgrán, fue trasladado a Colonia durante la contienda
bélica, para ser posteriormente disuelto por falta de fondos en 1921. Pero, a la
Primera Guerra Mundial, sigue una reorientación de las relaciones germanolatinoamericanas.
Ahora, empieza a interesar más a los alemanes, profundizar en
las materias a que da origen el estudio del mundo latinoamericano: lenguaje,
literatura, economía, expresiones populares, folklore y política. El Gobierno de Prusia
expresará entonces tal necesidad, cuando cree la “Oficina de Informaciones
Germano-Sudamericana“ el año 1925. Y una circunstancia feliz torna, dos años
después, factible la concreción del primer fondo bibliográfico, cuando el erudito
argentino Ernesto Quesada, herede de su padre una biblioteca consistente en 80 mil
volúmenes. Por una cláusula, la Colección debía ser cedida en vida a una institución
pública. Quesada ofrece su biblioteca al gobierno argentino, pero éste no se
resuelve a aceptarla, y entonces empieza a pensar en donarla a Alemania. Es así
como “para que constituye los fundamentos de un llamado Instituto Alemán-
Latinoamericano“, la biblioteca es finalmente donada al Estado de Prusia. Quesada
había expresado que quería hacer de este Instituto, “la Meca para la investigación
latinoamericana en Europa“. Otro aporte importante, proviene más tarde de México,
lo cual origina la llamada Sección Mexicana del Instituto, que integran más de 25 mil
libros, folletos, revistas, unos 1400 mapas, junto a abundante material de fotografía.
A Alemania, por primera vez, llegarán entonces muchas de las obras más famosas
producidas por las letras y las ciencias de México.
El 12 de octubre de 1930, el Instituto será oficialmente inagurado, en solemne
ceremonia que presiden los rasgos severos de un retrato de Alexander von
Humboldt, instalado en una pared del lugar donde se efectúa la reunión, realizada
en un suntuoso edificio anexo al Palacio de Berlín. Desde ese instante, el Instituto
fija sus objetivos de una forma tal que deba comprender a toda la literatura de
España y Portugal, de las Islas Filipinas y la zona sudoeste de los Estados Unidos,
ésta última, por representar un punto de vista histórico acerca del pasado colonial
español. Asimismo, todas las especialidades científicas y todos los géneros literarios
debían ser abarcados para que cualquier investigador o profesional acudiera al
Instituto Iberoamericano con la seguridad de encontrar asesoramiento para sus
objetivos. Por último, el servicio de préstamos al exterior, va a colocar ya en esa
epoca a la biblioteca al alcance de todo el mundo.-


Arturo Leiva O.
Desde Europa


(Publicado en El DIARIO -(Finanzas.Economía.Comercio)- de Santiago
de Chile, el 9 de Septiembre de 1992.)