Serie ADÓNDE VA ITALIA.
Parte III
ITALIA: EL INICIO DE UNA PELIGROSA
CADENCIA *
( La “Colusión”política y los “ Avisos de Garantía” en 1992-1993)
Por Rolando Arturo Leiva
28 de Abril de 1994.
Como ya dijimos en el artículo precedente, el atentado efectuado contra el ilustre
personero de la justicia italiana que era el juez Giovanni Falcone el 23 de mayo de
1992 en Palermo-Sicilia, representa el comienzo de todo. Pero, para encontrar la
verdadera “punta del hilo“ habría que retroceder más lejos todavía en el tiempo, al
hecho que costó la vida, -en una auténtica “punición“ también- del Eurodiputado
Salvo Lima, el 12 de marzo de 1992, otra vez en Palermo
Los elementos que permitirían entender tal “ajuste de cuentas“ , -pues eso y no otra
cosa fue el hecho-, no resultan todavía completamente claros hasta estos
momentos, pero lo más notable de todo y lo que tendrá consecuencias posteriores
radica en que, ateniéndose a los antecedentes disponibles hoy día, Salvo Lima era
el más reputado hombre en Sicilia de la llamada “corriente andreotista“ dentro de la
DCI (Democracia Cristiana Italiana), es decir, los hombres de confianza de Giulio
Andreotti, el más gravitante personero político dentro del gobierno, y de la
Democracia Cristiana Italiana. Por eso, las conexiones del crimen de Salvo llevaran
con posterioridad al mismísimo ex ministro italiano, así como ya habían sido
determinantes en la explicación del homicidio del juez Giovanni Falcone.
Pero no nos adelantemos al correr de los hechos. Transcurridos dos meses luego
de su primer golpe, la Mafia se propondrá ahora un objetivo más ambicioso, éste, en
su forma de ejecución aún más bárbaro que el anterior: asesinar al sucesor de
Falcone, el juez Paolo Borsellino. De ahí en adelante puede afirmarse en
consecuencia, que los autores del nuevo delito criminal han entrado a una política
de “tierra arrasada“, el “todo o nada“. La comisión del hecho y la muerte de
Borsellino, va a dejar entonces el tema en el aire, de la capacidad de una
organización informal para plantear un desafío total al Estado. Semejante prueba de
fuerzas no la podría sim embargo perder casi ningún Estado moderno, a riesgo que
se viniera al suelo todo el orden social. Más bien, haberlo planteado, será un error
de cálculo que precipitará a su autores a un abismo aún peor.
Por el momento, a partir de julio de 1992, la primera reacción ante los dos atentados,
será poner en práctica disposiciones especiales de orden, transportándose tropas
regulares del Ejército a la isla de Sicilia con el fin de reforzar el orden público. Por
otra parte, y ejemplarmente quizás, en el curso de este proceso, no se va a dictar
medida jurídica alguna que signifique coartar en cierta forma los derechos
ciudadanos. El conjunto del concepto de estado de derecho va a permanecer por
tanto incólumne hasta esa fecha. Sin embargo, hay una palabra que
verdaderamente atormenta la la vida italiana de entonces, y es la de “Colusión“. Es
decir, no es creíble, -razona el más primario sentido común italiano- que
circunstancias tan tremendas como acaban de ser presenciadas, se produzcan sin
algún grado de complicidad de quienes habrían tenido el deber de evitarlas: las
autoridades políticas y judiciales. Y consecuentemente, el sistema político en su
acepción más amplia y con más precisión los partidos políticos, ya no pueden
escapar a la responsabilidad que les cabe por no haber evitado o combatido
eficazmente la posibilidad de que se produjeran ambos hechos. Poco después de
conocerse el segundo atentado, Bettino Craxi había exclamado: “esta es una guerra
contra el Estado“. Pero él mismo ya no puede dejar de aparecer comprometido por
ser el representante más autorizado de el sistema político entero.
Tampoco resulta incomprensible por eso, que la cuestión repercuta muy pronto al
interior de todo ese sistema político italiano y amenace con llevarlo a una crisis. Por
ejemplo, ya se lo comprueba en noviembre de 1992, cuando lo que en ese entonces
se denomine como “la cuestión moral“ se transforme en el tema central al interior del
Partido Socialista Italiano, como antítesis a la idea de que existen sólo intereses
materiales concretos por que luchar. Quién ha representado más vivamente el
problema, se yergue también como la voz cantante de una nueva facción al interior
de ese partido. Se trata de quién, por ese entonces, ocupaba el cargo de Ministro de
Justicia, Claudio Martelli. La autoridad inapelable de Craxi habrá así, por vez primera
en la historia de ese partido, sido contestada. Será en la Convención de ese partido,
en noviembre de 1992, cuando aparezca esa nueva nota de alarma. Pero, o se
acepta a la autoridad de Craxi o no se sobrevive en la política italiana de entonces.
Este logra, en una enésima prueba de fuerza, reducir a la obediencia a los
partidarios de su competidor faccional. Pero ya no logra hacer lo mismo cuando
sobreviene el verdadero desmoronamiento electoral del partido en las elecciones
municipales del 14 de diciembre de 1992, justamente, por el papel que cabe a aquel
en la existencia de ese estado de cosas. Al día siguiente del resultado Craxi
comunicará: “los electores nos han castigado con el máximo rigor que podían“,
refiriéndose con ello a las sospechas de “Colusión“ que rondan también a su partido,
el que sale del proceso electoral rasguñando porcentajes apenas del 4 % en las
circunscripciones electorales del norte donde se ha votado.
La contienda electoral trae también un resultado inesperado, pues una iantendida
fuerza política, ha recibido un espaldarazo sin precedentes. Obedece al nombre de
Lega Nord (Liga Norte) y ya casi no cabe en sí misma de júbilo apareciendo con
porcentajes electorales del 40% en el espacio geográfico nortino y remontando así
en 15 a 20 puntos sus porcentajes electorales anteriores. El desenlace ha sido
también, sin duda, la prolongación de “la cuestión moral“ en el terreno político y el
mal nombre que campea como una nube negra sobre todos los partidos políticos
que simbolizan el ordenamiento vigente.
Es este el momento cuando, con mucha sabiduría, se decida, pues, que ha llegado
así el minuto preciso para descargar el primer Aviso de Garantía sobre la persona de
Bettino Craxi y todo lo que él representa. Aviso de Garantía designa en Italia a una
notificación judicial -especialmente a una persona premunida de fuero, parlamentario
o de cualquier otro tipo- en el cual se le comunica que existen suficientes motivos
para ser sometido a proceso. El Aviso de Garantía a Bettino Craxi, por sospechas
de corrupción política, tiene que producir, en consecuencia, un duro impacto sobre
su prestigio político y afectar su viabilidad como líder nacional.
Lo que ocurre es un reventón político como no había sido observado hasta la fecha,
pues Craxi resulta la encarnación misma del sistema político y por tanto se
considera que éste último también ha recibido un golpe fatal. El líder socialista se
rebelará por eso al principio contra la idea de ser arrancado en tal forma del lugar
que ocupaba. Pero ya, dos meses después, el 11 de febrero de 1993, dimitirá
finalmente, haciendo dejación para siempre del cargo máximo del Partido Socialista
Italiano. Entretanto, las tenazas de nuevos Avisos de Garantía lo siguen , y el
vocerío inculpador de los italianos lo va a acompañar donde vaya.-
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* Este es el tercer artículo de la Serie ADONDE VA ITALIA que continúa en los números
subsiguientes de EL DIARIO.
Arturo Leiva O.
Desde Europa
(Publicado en El DIARIO -(Finanzas.Economía.Comercio)- de Santiago
de Chile, 4 de Agosto de 1994.)
Continúa en La Serie ADÓNDE VA ITALIA. Parte IV:
ITALIA: LA PELIGROSA CADENCIA SE AHONDA ( Deslegitimación
de los Partidos Políticos y nuevos “Avisos de Garantía”- 1993)