Serie ADÓNDE VA ITALIA. Parte VI
ITALIA: LA PELIGROSA CADENCIA ALCANZA
SU MÁXIMO *
(La Tangentópoli suma ya un millar de detenidos y el espectro político.
cambia. 1993-1994)
Por Rolando Arturo Leiva
29 de Abril de 1994.
El nuevo curso político que ha emprendido Italia ya no puede ser sin embargo tan
fácilmente alterado. El 3 de agosto de 1993, el Senado va a aprobar definitivamente
la Reforma a la Ley Electoral que permite conformar un nuevo régimen político
deducido del Plebiscito del mes de abril de 1993. Para muchos, ello significa el
alumbramiento de una Segunda República Italiana.
Entretanto, las diligencias contra la Tangentópoli han conducido a la detención de la
más alta figura empresarial del país. El ingeniero Carlo de Benedetti, que preside la
firma Olivetti, hace su arribo, el 30 de octubre de 1993, al penal de Regina Coelli en
Roma. No permanecerá allí indefinidamente como otros, sino casi inmediatamente
se interpondrá a su favor un recurso de libertad bajo fianza.
Es el momento en que, por presunciones fundadas de Tangentópoli hay, al 4 de
noviembre de 1993, ya un millar de detenidos, entre personalidades de la empresa,
industriales y políticos. Al mismo tiempo, un número doble estará sometido a
proceso. Cuán serio es lo que acontece, lo demuestran estas cifras. Capítulo aparte
lo constituyen los otros responsables detenidos o procesados por inculpaciones de
“asociación mafiosa“, y que particularmente en Sicilia, también suman cifras
considerables.
Entonces, llega el momento de acudir otra vez a las urnas. Su veredicto lo esperan
todos con expectación, pues va a constituirse en otro barómetro de la crisis. El 21
de noviembre de 1993, a la primera vuelta, y el 15 de diciembre a la segunda, deben
acudir los electores a dar su voto para elegir los cargos de consejeros municipales y
alcaldías en 428 comunas y seis capitales regionales de Italia: Palermo, Venecia,
Trieste, Génova, Nápoles y Roma. Cuando cae ya el telón de la primera vuelta y se
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* Este es el sexto artículo de la Serie ADONDE VA ITALIA que continúa en los números subsiguientes
de EL DIARIO.
dispone de las cifras oficiales, se evidencia en todas partes un sobresalto general
pues, casi inadvertidamente, el neofascismo italiano -con su partido- el MSI,
Movimiento Social Italiano- ha reaparecido, llegando, con Gianfranco Fini en Roma,
perteneciente a otra agrupación politica de un carácter similar (Alianza Nacional) , y
Alessandra Mussolini (nieta de il Duce) en Nápoles, a las puertas de ocupar las
directivas municipales de ambas cabeceras de provincia. El inesperado resultado va
a general una movilización a todo nivel del país, la cual consigue su objeto cuando, a
la segunda vuelta, sean elegidos mayoritariamente, en las seis alcaldías que se
están disputando, postulantes presentados por la izquierda o por coaliciones que
adoptan el apellido de “progresistas“.
La singular evolución política vivida en el último año y medio habrá conducido, como
resultado, que se formen dos grandes bloques políticos. Por su parte, ha avanzado
al puesto de primer partido político de Italia, el PDS de la izquierda, un resultado más
que inesperado, mientras la Liga Norte, se ha mantenido en el lugar que ocupaba,
pero sin llegar a las posiciones que esperaba. La extrema derecha, por último, ha
terminado por capitalizar los votos que emanaran de la dispersión de la Democracia
Cristiana.
Llega entonces el momento de hacer el balance de todo lo sucedido hasta la fecha
cuando sean citadas elecciones generales que renovarán por completo el
Parlamento y con ello permetirán elegir un nuevo gobierno. Los días señalados para
la gran confrontación electoral han sido el 27 y 28 de marzo del presente año (1994).
Al principio, la situación electoral permanece sin grandes alteraciones. Las nuevas
fuerzas políticas que se disputan el poder, tienen de común el ser renovadoras el
sistema, y entre ellas no aparecen inicialmente grandes motivos de diferencia. Pero
los autores de la Reforma Electoral, que ha conducido a Italia ahora a votar de
acuerdo al sistema mayoritario, es decir, el gobierno debe ser elegido por la mitad
más uno de los votos, y por ende conduce obligadamente a la formación de grandes
bloques o alianzas para poder competir electoralmente, no han tenido en cuenta lo
temperamental de la mentalidad política italiana. Los entusiasmos de una
confrontación tan importante, producen una polarización artificial entre los
contendores, que lleva a los propios autores de la Reforma Electoral a lamentar lo
que han producido, declarando que Italia camina por muy mal camino. De una parte,
la responsabilidad la tendrá la izquierda pues, animada por su reciente victoria
electoral de diciembre de 1993, constituye un bloque propio, al que denomina “Los
Progresistas“, y por amenazar con tomar él solo el poder, resucita todos los temores
de un monopolio de poder filocomunista. Y la falsa polarización que se ha
engendrado casi solo por la demagogia electoral de costumbre, no impedirá sin
embargo. que empiecen a crearse las bases de una polarización verdadera, que va
incluso a amenazar con abrir las heridas históricas de Italia.
Los sectores de la derecha italiana, casi excluídos del juego político y que no tenían
forma de articularse como una fuerza propia, encontrarán al fin el medio de hacerlo,
cuando, el mayor propietario de los medios de comunicación del país, Silvio
Berlusconi, -luego de ser desoídos sus llamados a que se forme una fuerza única de
centro-, ingresa a la escena política y articula a la derecha, constituída por la Liga
Norte perteneciente a aquella región del país; por los neofascistas de la Alianza
Nacional en el sur; y por su propia organización política, Forza Italia, creada por él
sobre la base de los canales de televisión que posee y funcionando en base a
empleados remunerados.
El auténtico centro político, formado a su vez por los ex demócrata cristianos del
Partido Popular Italiano (PPI) y por el grupo político del autor de la Reforma Electoral
Mario Segni, -la figura política que era hasta esos momentos la más prestigiada de
Italia- se han quedado huérfanos de apoyo.
Los tres bloques políticos, -es decir “Los Progresistas“, cuyo sustento básico lo da el
ex Partido Comunista Italiano; la Derecha, -que concurre a las elecciones bajo el
nombre de Polo de la Libertad, constituído por el partido político personal de
Berlusconi, Forza Italia, por la Liga Norte, y por los neofacistas de Alianza Nacional;
y el centro político que participa en las elecciones con el nombre de Pacto por Italiase
van a enfrentar, en consecuencia, -luego de una campaña enrarecida- a las
elecciones del 27 y 28 de marzo de 1993.
El resultado, va a descomponer, no sólo el cuadro político italiano sino europeo,
haciendo subir a la superficie los conflictos históricos de Italia.
El Polo de la Libertad conquista la mayoría absoluta para gobernar, -después
ratificada por ambas Cámaras- , y el partido personal de Berlusconi, Forza Italia, se
constituye en el primer partido político italiano. El neofascismo italiano adquiere así
la posibilidad de entrar legítimamente al gobierno, y el jefe de ese partido considera
llegado el momento de declarar que, en Italia, “Mussolini es el mayor estadista del
siglo“. La situación no tiene precedentes en la Europa de post guerra, cunden en
Italia las romerías realizadas en camisas negras a la tumba de Mussolini, y por todas
partes se publican llamados a revisar el pasado y a brindar su lugar al fascismo, al
mismo tiempo que se declaran públicamente los propósitos de controlar la televisión
estatal. Berlusconi debe salir al paso de la tormenta de críticas, declarando que “en
Italia no existe ningún peligro autoritario o fascista y que sólo una propaganda ciega
y facciosa puede transformar a los síntomas de intolerancia y desarreglo social -ya
de por sí alarmantes- , en una inexistente marea de fascismo revanchista, racista y
antiliberal“.
Pero en los medios de prensa europeos y norteamericanos, la preocupación cunde.
Del INTERNACIONAL HERALD TRIBUNE, al NOUVEL OBSERVATEUR, un coro de
preocupaciones recorre la prensa. También el NEW YORK TIMES se hará eco de
la preocupación cuando escriba: “el Sr Berlusconi ha constituído un imperio
televisivo usando medios de dudosa legalidad….., y después lo ha usado de una
forma que constituye una afrenta a la sociedad civil“.
La extraordinaria evolución política italiana va a colocar por tanto las cosas en un
lugar peligroso. El Presidente de la República encargará a Berlusconi la formación
de un nuevo gobierno, pero las aprensiones aumentan cuando, desde sus propias
filas, salen ahora llamados a revisar las fronteras geográficas italianas, poniendo
así al país en conflicto con las naciones limítrofes, esencialmente los nacidos
después de la disolución de la ex Yugoeslavia. El futuro aparece así incierto por el
momento, y el país con fama de más inestable en Europa, se envuelve otra vez en
una excentricidad política como las que se vieron en el pasado italiano.-
Arturo Leiva O.
Desde Europa
(Publicado en El DIARIO -(Finanzas.Economía.Comercio)- de Santiago
de Chile, 10 de Agosto de 1994.)
Continúa en La Serie ADÓNDE VA ITALIA. Parte VII
ITALIA, O COMO FUNCIONA LA “ARCHIPIELAGIZACIÓN POLÍTICA”