Serie ADÓNDE VA ITALIA. Parte XII
UNA CONFUSA NUEVA AMALGAMA:
ACIERTOS Y DESVENTURAS DE LA LEGA
NORD EN ITALIA *
Por Rolando Arturo Leiva
10 de Junio de 1994
No va a a quedar todo explicado cuando se dice que la Lega Nord es un movimiento
federalista en Italia. Algo de eso existe pero también mucho más. Para darnos
cuenta de ello, bastaría pensar solamente qué habría sido de Italia si no hubiera
estado presente la Liga. Mucho del actual proceso político probablemente tampoco
hubiera existido. Y el mérito indudablemente lo tiene la Liga, un “partido político”
inconcebible hace tres años atrás. Es verdad que algunos planteamientos de la Liga
portan un riesgo innegable, el más grave quizás, la posibilidad de que esta parte del
país se separe del resto de Italia. Pero a principios del año pasado (1993) cuando
realizamos una visita a esa región del país -y pudimos conversar extensamente con
muchas y distintas personas, preguntándoles qué pensaban acerca de esta
posibilidad, y ya era por lo demás alcalde de Milán el legista Marco Formentini-,
nada de temible se podía advertir en Milán, sino más bien al contrario.
La conclusión que se obtiene luego de una visita destinada a informarse sobre este
asunto es de esta manera bien clara: no existen allí los fundamentos ni políticos,
sociales, ni económicos, ni meramente étnico-culturales para que esta región del
norte de Italia, es decir el Piemonte, la Liguria, y la Lombardía (el “triángulo
económico del norte“) se pueda independizar del resto de Italia. Desde luego
tampoco la Liga tendría en esta región el consenso necesario para hacerlo. El
predominio absoluto de la Liga no llega más allá de algunos puntos considerados
extremos, Bérgamo, Brescia, Monza, en la Lombardía, y desde luego Milán. Pero
más allá, ese poder se va diluyendo. En Turín -el Piemonte-, la votación del PDS
(Partido Democrático de la Izquierda) superó la de la Liga en las elecciones del 15
de diciembre pasado (1993) y un candidato de ese partido fue elegido como alcalde.
La Liguria (Génova) es otro ejemplo. El Véneto (Venecia) desde luego no
acompañaría semejante aventura.
No obstante, aparte de discutir la posibilidad, parece ser que en el fondo la secesión
del país está muy lejos de ser querida sinceramente por la Liga, aunque no lo vaya a
declarar abiertamente, quizás, para seguir usándola como amenaza. Descartando
pues aquel riesgo extremo, se podría decir que el resto de los planteamientos de la
Liga son muy atendibles, y no cabe duda que si éstos perdieran apoyo o la propia
Liga lo perdiera, la reaparición de la vieja Italia sería casi inmediata. Podríamos
hacer la prueba de pensarlo y veríamos que es efectivo. ¿Cabría entonces clasificar
simplemente a la Liga como un partido “renovador“ desde el momento que no quiere
ser calificado como un “partido político“ clásico?. Y en este sentido, no cabe duda
que es el fenómeno político más interesante aparecido en Europa en los últimos dos
años, siempre que no hiciera realidad los puntos más extremos que se le critican,
-secesionismo, racismo y quizás renacimiento de una nueva derecha-, aunque,
repetimos, todo ello parece bastante improbable. La posibilidad de que una sorpresa
ocurriera en ese sentido, motivada por una hipotética toma del poder de la Liga en
Italia, también nos parece remota. Nunca la Liga podría formar gobierno ella sola en
Italia. Asimilar la Liga a otros partidos de extrema derecha en Europa, -en partcular a
los Republikaner en Alemania-, tampoco resulta verdaderamente posible. Es seguro
que mantienen contactos y aún contactos estrechos, pero homologar ambos
movimientos son pocos los que se han atrevido a efectuarlo. Decididamente,
tampoco existen bases tan claras como para calificar a la Liga de un movimiento de
extrema derecha, ni siquiera de derecha. Analizar en el fondo la Liga es, entonces,
más bien cuestión de cuánta confianza tengamos que se pueda estar formando algo
nuevo y no todo deba corresponder al viejo esquema político anterior: comunismo,
fascismo, centrodemocrático, etc. Más bien nosotros tendríamos la tendencia a darle
ese carácter de cosa nueva y sobre todo, considerarlo como un movimiento
verdaderamente anclado en los males seculares de Italia, razón por la cual a veces
resulta difícil de comprenderlo sin conocer a éstos últimos. Todo apunta, pues, a
situar la Liga como un movimiento renovador y sobre todo como un movimiento de
reforma del Estado italiano orientado a erradicar los vicios políticos que sofocan a la
sociedad italiana y la condujeron al actual proceso contra la Tangentópoli. De hecho,
la Liga ha conseguido ya en parte renovar al Estado manteniendo la presión contra
él. Y al mismo tiempo, también la Liga ha permitido brindar una expresión al
descontento que en otros casos hubiera podido conducir a un derrumbe total del
sistema y a la incapacidad de formar gobierno en Italia. El PDS por ejemplo (Partido
Democrático de la Izquierda) no ha estado nunca a la altura de este propósito y en
este sentido, el rechazo y la distancia que le prodiga la Liga parecen tener una
valedera razón.
En suma la Liga Norte le ha quitado ese aspecto de “farsa“ que tiene la política
italiana a veces, introduciéndole más contenidos reales.
Pero si la Liga ha cumplido ya un papel renovador, la aparición de un movimiento
como Forza Italia de Berlusconi, y su política de alianzas con un movimiento como
Alianza Nacional, neofascista, -que representa todo lo contrario de sus postulados-,
ha comenzado a desdibujarla gravemente y el futuro se presenta ya problemático
para ella. La división entre sus dos más importantes figuras, -Umberto Bossi y
Gianfranco Miglio que ha abandonado la Liga- preanuncian una situación donde este
movimiento empieza a perder sus más definidos perfiles. Si es así, habrá tenido una
vida efímera que sólo habrá servido para pavimentarle el triunfo a los otros.-
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* Este es el décimo segundo artículo de la Serie ADONDE VA ITALIA que continúa en los números
subsiguientes de EL DIARIO.
Arturo Leiva O.
Desde Europa
(Publicado en El DIARIO -(Finanzas.Economía.Comercio)- de Santiago
de Chile, 19 de Agosto de 1994.)
Continúa en La Serie ADÓNDE VA ITALIA. Parte XIII
AISLAMIENTO VERSUS AUTOSUFICIENCIA: LAS ALTERNATIVAS
INESPERADAS DE LA POLÍTICA EXTERIOR ITALIANA