Serie ADÓNDE VA ITALIA. Parte XIII
AISLAMIENTO VERSUS AUTOSUFICIENCIA:
LAS ALTERNATIVAS INESPERADAS DE LA
POLÍTICA EXTERIOR ITALIANA *


Por Rolando Arturo Leiva
10 de Junio de 1994

 


En un cambio de dirección súbito, se crea la posibilidad de que este país, Italia,
asuma una posición divergente en el mundo. El gobierno Berlusconi, por boca de su
Ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Martino, ha tenido buen cuidado de
enunciar su posición “continuista” en materia de política exterior. Pero otra cosa son
las voces que surgen de partidarios de su gobierno y hasta de miembros de él. En
suma, en el gobierno Berlusconi, e empieza a perfilar una posición que no
encuentra en ningún otro país europeo y que de extenderse podría hacer aparecer
viejos y superados conflictos.
En primer lugar, -y curiosamente, desde el momento que ese gobierno no se
encuentra en una posición precisamente muy fuerte, pues AN Alianza Nacional,
principal partido al que se califica de “neofascista” llega sólo a un 13%, y las fuerzas
políticas rivales del gobierno de Berlusconi conservan un importante porcentaje en la
Cámara de Diputados y cuentan con la mayoría por un voto en elSenado-, lo primero
que se advierte es el comienzo de una actitud que, difusamente, parece como
llamados “a revisar el rol de Italia en el mundo”, o a que este país pueda pasar “de
pequeña a mediana potencia en el el mundo”.
El observador, sin embargo, se podría admirar de porqué esta posición ha de ver
precisamente la luz ahora, cuando Italia está saliendo de una crisis donde el 80% de
su clase política ha sido sometida a proceso por corrupción y un fenómeno como la
Mafia ha llegado a poner en jaque al Estado. Es curioso que ello también suceda en
momentos que el principal partido de la coalición gobernante, -si dejamos de lado a
Forza Italia que no se quiere considerar un partido político-, la Liga Norte, ha hecho
valer amenazas de separatismo si no se atienden sus planteamientos federalistas.
En segundo lugar, -y aún antes de la formación del gobierno Berlusconi-, como
desmintiendo esas premisas de continuidad en la política exterior, uno de los
los diputados más conocidos de del partido Alianza Nacional presente en el
gobierno, el diputado Marko Tremaglia, pese a muchas aprensiones
internacionales, ya había hecho un llamado a desconocer el Tratado de Osimo
-mediante el cual, en los años 70, se sancionaron definitivamente los límites de
Italia con la ex Yugoeslavia-, y proclamó también el derecho de Italia a la
península de Istria y Dalmacia, pertenecientes a Croacia, así como el derecho de
la minoría italiana expulsada de lo que actualmente es Eslovenia, a una
compensación por los bienes que perdió cuando debió abandonar ese país
después de la guerra. Merece decirse que todos esos territorios fueron perdidos
por Italia después del ataque de la Italia de Mussolini, en conjunción con las
tropas de Hitler, a un país que no era siquiera beligerante en la guerra:
Yugoeslavia.
Las declaraciones anteriores, del que se considera uno de los neofascistas más
típicos, causaron airadas reacciones y motivaron un encendido editorial de
primera página del CORRIÈRE DELLA SERA, indicando que esos
planteamientos constituían el verdadero límite del gobierno de Berlusconi, y por
tanto, éste, como Presidente del Consejo, tenía la obligación de distanciarse de
aquellos. Pero hoy día, el diputado Tremaglia ha sido elegido Presidente del
Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Diputados, y de hecho Italia, -a
causa de lo mismo que propugnaba el diputado-, se encuentra bloqueando el
ingreso de Eslovenia a la Comunidad Europea hasta que no se aclare el asunto
de las reparaciones a la minoría italiana. Ya hemos dicho que si estos
planteamientos se repitieran en otros países europeos, por ejemplo en Alemania,
se produciría otra vez un conflicto entre las diferentes posiciones. En efecto, toda
la estabilidad de la situación europea reposa sobre el consenso tácito y explícito
de no innovar en una materia que sumió al Continente en uno de los más
dolorosos conflictos de su historia: la situación territorial surgida luego del fin de
la Segunda Guerra Mundial.
Yendo todavía más lejos en esos planteamientos, consultados algunos diputados
de Alianza Nacional, a propósito del significado del desembarco aliado en Anzio
que inició la liberación de Italia, y del Día D, declararon que “ello marcó el
comienzo de nuestra derrota”, y “el comienzo del fin de la personalidad propia de
Italia en el mundo”, todo ello cuando Clinton se encuentra justamente en estos
momentos viajando por Europa para conmemorar ambas efemérides. Habría que
señalar que muchos de esos planteamientos no hay siquiera derecho a llamarlos
“neofascistas”, sino son los plantamientos oficiales de la era mussoliniana en
Italia. Y lo mismo anterior, fue ratificado por el propi jefe de Alianza Nacional , el
diputado Gianfranco Fini, en entrevista al periódico de Turín, LA STAMPA.
De alguna manera se está entonces jugando a “llegar más allá” en Italia, sin que
Berlusconi se distancie de esos planteamientos. Nadie sabe cuál es el propósito
final de lo anterior, pero a simple vista no puede producir más que un fatal
aislamiento de Italia, fatal para un país ya suficientemente abrumado por el peso
de sus hondos problemas.-

__________________
* Este es el décimo tercer artículo de la Serie ADONDE VA ITALIA que continúa en los números
subsiguientes de EL DIARIO.


Arturo Leiva O.
Desde Europa


(Publicado en El DIARIO -(Finanzas.Economía.Comercio)- de Santiago
de Chile, 20 de Agosto de 1994.)
Continúa en La Serie ADÓNDE VA ITALIA. Parte XIV
UN SÚBITO DESPERTAR: ITALIA O EL COMIENZO DE UN
RETROCESO