Labor de Zapa
UN CLIMA DE SOSPECHAS ENVENENA
NUEVAMENTE LA COMISION EUROPEA


Por Rolando Arturo Leiva
5 abril 2000


Heidelberg (Alemania) - Denominado en Italia el Presidente de la Comisión
Europea Romano Prodi, ”Il Professore”, su gestión a la cabeza de esa Comisión ha
comenzado a ser cuestionada. No cabe duda -para muchos- que Prodi debe ser
considerado como uno de los mejores politicos que ha dirigido la Unión Europea.
Pero, para éste, y que es su actual Presidente, tal juicio no debe resultar en estos
momentos sin embargo de ninguna manera garantizador por sí mismo.
El cuestionamiento disfrazado hacia Prodi , ha provenido esta vez del interior mismo
de la Comisión que preside. Tal cosa, quizás salida deliberadarnente a la luz, lo ha
dejado en posición ciertamente muy inconfortable.
El origen del conflicto y lo que en verdad está en juego al interior de la Comisión, no
resultan tan claros sin embargo de discernir. Ante todo, se precisaría disponer de
directa experiencia acerca del modo cómo dirime sus asuntos esa compleja
maquinaria en que se ha transformado actualmente la Comisión Europea y sus
ramificaciones, junto a la no menos compleja maquinaria que ha pasado a ser el
mundo de relaciones entre la Comisión y los distintos gobiernos-, para poder brindar
un juicio en propiedad.
La primera impresión que se obtiene de tal cómo se presentan las cosas en estos
momentos, es que el problema surgido se trata en apariencia de algo ocurrido
entre Prodi y el gobierno alemán. Así por lo menos califican algunos sectores de
prensa al asunto. El martes 4 de abril, el Frankfurter Allgemeine Zeitung -diario
conocido generalmente bajo la sigla de FAZ-, aprovechando la estadía de Prodi en
El Cairo, en un artículo cuyos propósitos resultan difícil de determinar, reportaría por
ejemplo, estar en curso un acto de ”regicidio” al interior de la Comisión Europea.
En otras palabras, que se preparaba un golpe o complot contra Prodi. Y el objetivo
no era otro que hacerlo abandonar para siempre la Presidencia de la Comisión. La
acción tendría a dos instigadores principales, estrechos colaboradores de Prodi: el
Comisionado de Política Exterior, Chris Patten y el Vice Presidente, Neu Kinock. Y,
siendo ambos británicos, sus aspiraciones personales de hacerse con la Presidencia
de la Comisión, no resultarían desconocidas para nadie. Entonces, no era que el
artículo anterior del FAZ estuviera informando sobre el complot -se cayó
inmediatamente en la cuenta-: el artículo estaba en realidad formando parte del
mismo.
Ante esas informaciones, el portavoz dc la Comisión, Jonathan Faull, daría una
respuesta enérgica, calificándolas de ”pura especulación” y sintiéndose -diría- ”muy
sorprendido y decepcionado de que un periódico tan distinguido como el FAZ se
hiciera eco de versiones tan inexactas”. El mismo Prodi intentaría dar una respuesta
tajante. Replicó a un periodista en El Cairo acerca de que si los rumores de un
”golpe” al interior de la Comisión eran verídicos: “¿Es Ud estúpido ?” El gobierno
alemán intentaría distanciarse igualmente. Un portavoz del Ministerio de Asuntos
Extranjeros en Berlin, declaró que la posición de Prodi en la Unión Europea era
algo sobre lo cual no había discusión en esos momentos. Desde el punto de vista
alemán -señaló el portavoz-, tampoco existían bases para realizar una especulación
semejante.
Pero tal proceso de desmentidos, no ha logrado al final desmentir lo evidente. Más
bien, han hecho aflorar a la superficie el hecho de que algo simplemente no anda
bien en la Comisión Europea dirigida por Prodi. Y la única certeza, en realidad, es
que ahora ha comenzado un verdadero conflicto.
¿Qué se reprocha específicamente al Presidente de la Comisión, Romano Prodi?.
Dificil precisarlo. Desde cierto punto de vista, parecería correcto, primero, la
afirmación de que éste ha prometido mucho y realizado poco a la cabeza de la
Comisión. Pero mi aún frente a esto, existe consenso evidente.
Ante todo, Romano Prodi debe ser juzgado por sus condiciones de aparición.
Nombrado como candidato hace 7 meses atrás por diversos gobiernos
pertenecientes a la Unión Europea -los únicos facultados para elegir o para remover
al Presidente de la Comisión-, Prodi llegaba en reemplazo de una Comisión de
gestión desastrosa como la de Santer. Planteó, entonces, la necesidad de reformas
de base, después que la anterior Comisión fuera también objeto de acusaciones de
nepotismo y corrupción. Diversas fuentes señalan ahora que, en el curso de ese
proceso, Prodi se habría hecho de fuertes enemigos internos. Esto por una parte.
Por otra, empieza a aflorar en estos momentos el hecho de que el Presidente de la
Comisión ha tenido en realidad dificultades con la prensa desde el principio,
especialmente con la inglesa y con la alemana, llegando a calificársela de una
prensa ”hostil” hacia él. En particular, la prensa inglesa trató reiteradamente de
involucrarlo otra vez en el proceso judicial por el cual Prodi debió responder en
Italia. Hasta el punto que el Presidente de la Comisión, amenazó con presentar una
querrella si continuaba el tenor de esas informaciones.
El articulo del FAZ reprocha, por ejemplo, a la Comisión falta de equilibrio en los
nombramientos de funcionarios por nacionalidades. Después de 7 meses de
gestión, -señala el FAZ- en los nombramientos de personal, Alemania y Francia
han salido perdiendo y España e Inglaterra ganando. En el espacio de un año, el
número de funcionarios franceses habría descendido un 10%. Se reprocha, además,
que la Comisión no haya introducido un sistema de rotación en los cargos,
aboliendo los intereses por nacionalidades y no haya favorecido a las calificaciones
de un potencial candidato por encima de su país de origen. Así, los representantes
de cada uno de los países, habría continuado ejerciendo presión para nombrar los
candidatos de sus países. ”Y Alemania no es el único país que está perdiendo
influencia sobre la Comisión en sus asuntos de día a día”, concluye el artículo del
FAZ.
Pero lo verdaderamente cierto, como señala el diario italiano La Repubblica, es que
el enfrentamiento no se detendrá. Ya existe -arguye- un frente en contra de Prodi
tanto dentro como fuera de la Comisión, y es algo que admiten todos. Un frente que
va desde los directores generales de la Comisión, a los representantes de los
gobiernos, especialmente los embajadores, quienes, en forma anónima, reclaman
que se está realizando a la cabeza de la Comisión, una actividad más bien de tipo
”gubernativa” que ”administrativa”, que es para muchos la función esencial de
aquella.
Más que nada, la figura de Prodi parece haber excitado el celo de algunos
gobiernos, y ahí sí puede estar la esencia del presente conflicto. No dejan, sin
embargo, de haber características de su estilo personal de conducción, que
estimulan las críticas, por ejemplo, el que se le reproche que el Presidente oscila
entre momentos de fuerte protagonismo -que irritan la soberanía nacional de los
países- y fases de cautela, cautela que incluso parece excesiva.
Parece de lo anterior desprenderse -y como una verdadera esencia de la Unión
Europea- que el intento de suplantar, ya sea el poder o el área de intereses de los
Estados Nacionales de Europa, herirá automáticamente la susceptibilidad de estas
entidades. La gestión de Prodi frente a Khadaffi, por ejemplo, parece haber llegado a
irritar, pero no tanto por la toma de contacto en sí con Khadaffi. Más bien por
considerar a esa un área de competencia de los Estados y no de la Comisión.
”Demasiados intereses fuertes quieren una Comisión débil”, señalan algunos.
Pero una nuevo espectáculo de pérdida de confianza a nivel de la Comisión o una
nueva crisis general, nadie está dispuesta a promoverla en verdad. Solamente es
cierto, por el momento, que “Il Professore”, Romano Prodi, afronta indudablemente
tiempos dificiles.


RAL
Heidelberg (Alemania)
5 abril del 2000