PREOCUPACIÓN EUROPEA POR LA
ARGENTINA
Por Rolando Arturo Leiva
9 de Mayo de 1990.
La situación de Argentina en los dos últimos años, ha sido fuente de atención para
diversos medios europeos. Durante la visita del entonces candidato radical a la
Presidencia de Argentina el Sr Eduardo Angeloz a la Cámara de Diputados de Italia,
pudimos ser directamente testigos de esta preocupación, al manifestársele al Sr
Angeloz el apoyo italiano al proceso redemocratizador en Argentina, pero también
críticas a las posibilidades perdidas por ese país, que si bien debía desenvolverse
dentro de condiciones difíciles, contaba dentro de ellas con una cantidad importante
de oportunidades, entre ellas, el mismo trato privilegiado que le ofrecía Italia. La
profundización de la crisis actual, y que ha continuado a través del gobierno del
Presidente Menem, es pues, un tema al día entre sectores europeos, lo cual tiene
expresión principalmente en Italia y España.
En efecto, después de un breve período de estabilidad aparente, las crisis, que
habían sido características durante el mandato del Presidente anterior Raúl Alfonsín,
reaparecieron en el gobierno de Menem. En diciembre del año pasado (1989), en un
intento por controlar la hiperinflación asociada con recesión, el gobierno había
adoptado medidas antiinflacionistas de choque, pero que resultaron apenas
efectivas sólo en el muy corto plazo y a costa de acentuar la recesión. En febrero de
este año (1990), dice un articulista del diario español El PAÍS, “las revueltas del
hambre indicaban que en el otrora granero del mundo faltaba el pan“.
Para los argentinos, dice el mismo cronista, resulta inaceptable comprobar que s
pueda pasar hambre en un país excedentario en alimentos, pues, en efecto, el 50%
de las exportaciones de este país son alimentos. Y tampoco resulta aceptable que
en Argentina se carezca de luz, en circunstancias que es un país autosuficiente en
energía.
Para muchos, la situación de Argentina es un proceso de involución acaecido en las
últimas décadas, sugiriendo que el problema del país ya no es del tipo de liderazgo
político, ni tampoco de una simple eficacia para realizar la gestión económica, sino
más bien “del proyecto o diseño del país a que se aspira“. Algunos sostienen
también, que no existen diferencias significativas entre la política económica
aplicada por el Sr Menem, y la que propone explícitamente el Sr Eduardo Angeloz,
hecho que parece ponerse en evidencia con la invitación que realizara el Presidente
al candidato radical a incorporarse al gobierno.
La situación actual está caracterizada, además, por el desaliento a los nuevos
inversores, lo cual se manifiesta en la continua caída de las inversiones extranjeras
directas desde 1980, y explica en buena medida el hecho de que, hasta el presente,
no se hayan concretado operaciones en el marco de los acuerdos con España e
Italia. Se acompaña a esto la caída constante del producto nacional y el
empobrecimiento de la población en un marco de virtual desintegración social del
país.
Es digno de señalarse que la preocupación por la Argentina deriva de las
características globales de su crisis, a través de la cual se ha deteriorado al extremo
una sociedad que fuera modelo de excepción en América Latina y que, según
muchos, apuntaba por eso mismo a un desarrollo distinto. La hora actual de la
Argentina es de discusión, y se centra, por sobre todo, en el tema del papel que
debe tener el Estado en su economía, lo cual es otro elemento que divide a la
sociedad, encontrando partidarios y detractores, aunque a través de ella, parece que
se va a jugar casi la totalidad del futuro de esta nación colocada en un momento
límite de su historia.
Según el articulista de EL PAÍS, la responsabilidad sobre el futuro de Argentina
involucra a todos los europeos a menos que se conciba la democracia europea
-dice- como un sistema que “para sostener núcleos de libertad y bienestar, al estilo
de los foros de la antigua Roma, requiere de una gran periferia bajo el autoritarismo
y la miseria“.
Arturo Leiva O.
Desde Europa
(Publicado en El DIARIO - (Finanzas.Economía.Comercio)- de Santiago
de Chile, 3 de Julio de 1990.)