PIDEN CAUTELAR DERECHOS CIUDADANOS

EN INVESTIGACION DE ATENTADOS

 

Por Rolando Arturo Leiva

28 septiembre 2001

 

Heidelberg (Alemania) - Para muchos, la investigación de los atentados en los

EEUU ha dado lugar a la más grande investigación judicial de la historia

norteamericana. En Europa, la reacción ha sido especialmente rápida, sobre todo

en Alemania, en el plano legislativo principalmente, después que se conociera que

tres secuestradores de los aviones habían vivido en Hamburgo y por existir una alta

proporción de población turco-musulmana residiendo en suelo alemán.

 

Respecto al caso norteamericano, se ha puesto especialmente de relieve el hecho

de que las autoridades judiciales han decidido hacer uso de las facultades mas

extraordinarias de que disponen, apenas por encima de lo que autoriza la ley, a fin

de desarrollar en mejor forma la investigación que están realizando. Sin embargo,

especial preocupación ha creado también en la opinión pública el hecho de que

entre las 352 personas que se encuentra detenidas, y en las 400 adicionales que

planea todavía arrestrar el FBI, no se encuentra, hasta ahora, ninguna acusada del

delito que se está investigando.

 

Como informara el Fiscal General John Aschcroft, del número anterior, 98 personas

están actualmente detenidas por violación de las leyes de inmigración, lo cual no

constituye un delito penal. Las 254 restantes, se encuentran detenidas por

infracciones menores -que no llegan tampoco a delitos- y que, a veces, apenas

constituyen infracciones de tráfico.

 

Para diversos especialistas, ya se habían hecho uso de procedimientos semejantes

en tiempos anteriores pero “nunca a esta escala”, dicen.

Académicos y abogados norteamericanos entrevistados han señalado, textualmente,

“que no se recuerdan de ninguna época de la historia en la cual un número tan alto

de personas hubiera sido arrestada y mantenida en prisión por delitos casi

insignificantes, sin vinculación ni con los cargos ni con el delito que se está

investigando”.

 

Para responder por la legalidad de estas acciones, la Corte suprema norteamericana

ha debido invocar reglamentos de gran excepcionalidad.

 

Uno de ellos es, por ejemplo, el derecho a mantener detenida a una persona en

base a que otorgarle la libertad pudiera hacer perder la información que ella posee.

Todos los detenidos se encuentran en estos momentos en calidad de “testigos

materiales”, un figura jurídica muy vaga en el derecho penal.

 

La situación ha llevado a una comisión del ACLU (Unión Americana para las

Libertades Civiles) a entrevistarse con el Director del FBI, Robert Mueller a fin de

expresarle su interés de que los procedimientos que se están llevando a cabo “sean

consistentes con la Constitución”, y al mismo tiempo, sus dudas de que la acción

judicial en curso no se pudiera haber transformado en algo “over reaching”,

expresión que se podría traducir muy bien al español-chileno, como que a la acción

judicial se le pudiera haber “pasado la mano”.

 

Las condiciones de detención se han transformado en otra fuente de preocupación.

En el caso por ejemplo del testigo Albader Alzahmi, puesto en libertad el martes

pasado, estuvo incomunicado desde el mismo día del atentado y le demoró seis

días tomar contacto con un abogado. Otro abogado se ha quejado a su vez de que

por una parte se le impedía reunirse con su cliente, pero al mismo tiempo se le

exigía un mandato firmado por éste para poder ejercer su defensa.

 

Respecto a la situación en Europa, donde en general ha habido una reacción

vigorosa de condena a los atentados, pero conjuntamente voces críticas sobre el rol

internacional que están jugando los EEUU, ha destacado especialmente Alemania

por una reacción gubernamental y legislativa muy rápida, hecho se podría explicar

fundamentalmente por cuatro factores: en primer lugar, poseer un amplia cuota de

población turco-musulmana residiendo en su territorio, y donde efectivamente hay

componentes de radicalismo islámico. Constituir, en seguida, la base y el

acantonamiento principal de la fuerzas norteamericanas en Europa, lugar de tránsito

obligado para el Medio Oriente o Asia Central. Haberse descubierto que tres

presuntos secuestradores de los aviones que se estrellaron contra el WTC, habían

residido largo tiempo en Hamburgo. Disponer finalmente del aereopuerto más

grande de Europa continental, el de Frankfort, cuya población laboral asciende a 55

mil personas y desde donde se embarcan anualmente unos 55 millones de

pasajeros.

 

El martes de la semana pasada, el Gabinete de actual canciller Schroeder aprobó un

paquete de medidas a ser enviadas inmediatamente al Parlamento para su

promulgación como ley, consistentes en:

 

- La aprobación de 1,4 billon de dólares para gastos de seguridad, suma que será

distribuída entre diversas instituciones, incluídas las fuerzas armadas.

- Un párrafo especial sobre “terrorismo” a ser introducido en el código penal. En él

pasará ahora a ser un delito colaborar con organizaciones consideradas terroristas y

que se encuentran en el extranjero. Anteriormente, para que esto fuera un delito, se

debía demostrar primero que esa organización mantenía alguna célula en territorio

alemán.

- Leyes especiales contra el lavado de dinero y la evasión tributaria, aún si con ello

se benefician terceros.

- Restricciones al derecho de asociación de organizaciones musulmanas en territorio

alemán

- Nuevas medidas de seguridad en los aereopuertos.

 

Simultáneamente, se ha dispuesto el levantamiento de la prohibición que regía para

tener acceso a bancos de datos privados. A partir de ahora, diversas autoridades y

empleadores tendrán acceso a información, por ejemplo, del Servicio de Inteligencia

Federal Alemán.

 

De la misma manera, EL FRANKFURTER ALLGEMEINE ZEITUNG (FAZ) señaló la

semana pasada, que las autoridades judiciales alemanas se sentían profundamente

tocadas por el hecho de que tres presuntos terroristas habían vivido en Hamburgo.

Como ya se sabe y se ha difundido ampliamente, este fenómeno ha motivado la

aparición del término “sleeper terrorists”, o terroristas “durmientes” o “en estado

latente”, para definir a personas que llevan a cabo una vida perfectamente normal,

participan en todas las actividades sociales, y de pronto, después de varios años,

son “activados” para realizar una acción.

 

A fin de tratar de descubrir posibles “sleepers” o terroristas latentes se ha decidido

ordenar a todas las universidades alemanas que realicen búsquedas en sus bases

de datos tratando de identificar estudiantes extranjeros que puedan llenar el perfil

de “jóvenes solteros que estudian carreras técnicas, viajan mucho y parecen

disponer de abundantes recursos financieros”.

 

El Ministro del Interior del Estado suroccidental de Baden-Württemberg, -al cual

pertenece esta ciudad de Heidelberg-, estimó de 100 a 200 el número de radicales

islámicos que estudian en universidades de dicho Estado.-

 

RAL

28 septiembre 2001

 

(Una versión de este artículo fue publicada en el periódico digital "Primera Línea", de

Santiago de Chile, bajo el título de Atentados: "¿Se le Pasó la Mano a la Justicia

Norteamericana ?", "por Rolando Arturo Leiva desde Heidelberg", 30 de septiembre

2001)