¿HAY UNA NUEVA POLÍTICA EXTERIOR
ALEMANA ?
Signos contradictorios se multiplican y apresan
la Política Exterior alemana en direcciones
opuestas
Por Rolando Arturo Leiva
28 octubre 2003
Berlin (Alemania) - La nueva realidad mundial cambiante a ritmo vertiginoso en el
mundo, ha puesto a Alemania ante disyuntivas que ya no puede decididir a voluntad
como en el pasado. Pero igual, debe ella dar respuesta a esos desafíos, entre otras
cosas, por su peso económico, político y militar. La primera potencia de Europa
procura así establecer al presente, un equilibrio entre las exigencias de su Política
Exterior y sus posibilidades reales. En un mundo caracterizado por la presencia de
una Superpotencia hegemónica, Alemania procura, entonces, levantar una visión de
la realidad internacional fundada en la cooperación y la multilateralidad. Pero ello no
suena muy agradable para los oídos de algunos. Entretanto, la posibilidad de una
unión con Francia, sin precedentes entre dos Estados y realizada al margen de la
Unión Europea, puede llegar a crear también una nueva situación política dentro de
Europa. En fin, la guerra y la ocupación de Irak, y la lucha mundial contra el
terrorismo, siguen determinando los acuerdos y las alianzas en el mundo de hoy. Y
mientras distintos expertos académicos alemanes se esfuerzan por aclarar el nuevo
carácter de la Política Internacional alemana, el país se pregunta hasta donde puede
determinar él solo la realidad mundial actualmente vigente.
1. No hay posibilidad alguna de hegemonía
germana
Pensar que pueda darse hoy día cualquier forma de Política propia alemana,
planteada en contradicción a los intereses de otros, o revivir sueños de hegemonía
mundial que condujeron a los desastrosos resultados históricos conocidos, resultan
ahora algo verdaderamente impensable. En el nuevo presente alemán, la palabra más
clave para definir su Política Exterior resulta a palabra Cooperación Internacional. El
propio Bundeskanzler (Canciller Federal) Schroeder, lo aclara en entrevista concedida
a la Revista INTERNATIONALE POLITIK, de julio pasado.“Nosotros, -dice Schroeder-,
y las personas que se encuentran en una posición cercana a nosotros, estamos por
un orden mundial cooperativo“. Y al mismo tiempo, otros conceptos caracterizan
adicionalmente la Política Exterior germana al presente, de acuerdo al Canciller.
Schroeder los explica de manera general y consensual, no obstante, bien analizados,
no tienen ese carácter tan inofensivo y neutral como pretende darles el Canciller.
Suscitarán reacciones, y en particular lo harán cuando esos conceptos choquen con
los intereses de otras potencias, más precisamente, con los intereses de los Estados
Unidos.
La responsabilidad y el rol de Alemania en el mundo actual han crecido, piensa en
primer lugar el Canciller. Alemania, se interesa ahora, por sobre todo, en fortificar el
sistema multilateral internacional, y en especial las Naciones Unidas. Considera
Alemania también, que es posible, eventualmente, admitir el recurso de la fuerza para
solucionar conflictos o alcanzar objetivos de paz. Y en ese sentido, las fuerzas
armadas alemanas se encuentran efectivamente preparadas para salir al exterior,
cumplir misiones de paz o realizar acciones dentro del marco de la lucha mundial
contra el terrorismo. Sin embargo, lo crucial, consiste en “realizar todo eso a través de
la participación del país en organismos multilaterales“. Por su peso y por su influencia
y por la calidad que ha alcanzado su participación en el sistema de las Naciones
Unidas, así como por las diversas Presidencias que ha ejercido del Consejo de
Seguridad de la ONU, Alemania -señala además el Canciller- estima que sería
deseable llevar a cabo una reforma del Estatudo del Consejo de Seguridad para que
Alemania pase a tener el carácter de miembro permanente de aquel. Y buscar al
mismo tiempo que se amplíen, o propugnar la “extensión de los conceptos de
seguridad vigentes y apoyar la idea de prevenir más bien los conflictos, o una
utilización de medios pacíficos o civiles para realizar la prevención de los mismos“,
resulta también algo de desear para el Bundeskanzler. No existe por otra parte, -para
Scroeder-, de ningún modo una ruptura o brecha en la Alianza Atlántica con los
Estados Unidos. La “amistad transatlántica“ dentro del orden mundial actual, está
destinada a jugar siempre un papel preponderante, dice. Y ello significa ya sea
contactos bilaterales entre Alemania y los Estados Unidos, así como entre éstos y la
OTAN (NATO) y la Unión Europea. Pero Alemania, así como el resto de la Unión
Europea, rechaza aquella doctrina estratégica de los “ataques preventivos“. Sería más
factible hablar, -dice Schroeder- de “compromisos preventivos“, es decir, negociación
entre partes civiles y la cooperación económica entre los Estados. Los medios
militares siempre deben tener el carácter del último recurso a emplear. Y en ese
plano, concluye Schroeder, “estamos dispuestos a mejorar especialmente nuestra
capacidad en el campo militar también“.
2. Fuerzas Armadas Alemanas en el Exterior
Mientras tanto, a suman 8 los países donde se estacionarán fuerzas armadas
alemanas en su interior. Cumplirán ante todo, ciertamente, misiones de paz y
humanitarias. Sin embargo, misiones de combate no están descartadas. La presencia
alemana se fortalece además en algunos de ellos. En Afganistán, por ejemplo, las
fuerzas alemanas ya no se van a concentrar solamente en Kabul, sino se estacionan
igualmente al norte del país, al tiempo que el Goethe Institut reabre su puertas en la
capital afgana y empieza a poner en práctica programas de formación para mujeres
afganas.
3. Pertenecer al Consejo de Seguridad de la
ONU, objetivo supremo
Hasta el año 2002 / 2003, Alemania ya había ocupado 4 veces un asiento en el
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Y esto es un claro signo para el
Canciller, de que su país se ha hecho ya acreedor a la confianza de la comunidad
internacional en el más amplio sentido. No es por tanto ninguna pretensión
desmedida, -piensa aquel- que Alemania pase a ocupar el papel de miembro
permanente del Consejo de Seguridad, obligando ello a reformar el Estatudo de éste,
a lo que se agrega el hecho de ser Alemania el tercer contribuyente financiero de la
ONU, más su rol cumplido en el mundo y en el resto de Europa.
4. Pero la opinión internacional no es tan
generosa
Pero no es precisamente su supuesto carácter consensual lo que agrada a los
observadores de la Política Exterior alemana, especialmente los situados en los
Estados Unidos. Es más bien su falta de alineación al lado de éste. Con ocasión de la
visita en estos días de Schroeder a medios bancarios norteamericanos, un
comentarista del INTERNATIONAL HERALD TRIBUNE, periódico norteamericano en
Europa, escribirá con ácidas y amargas palabras: “Aunque su tono es cálido, es
improbable que Schroeder vaya a decir en los Estados Unidos las palabras que
desinfectarían las heridas que abrió en las relaciones con los Estados Unidos cuando
Alemania trató de impedir la política norteamericana en Irak hace un año, poniéndose
detrás de Francia ”.
5. Rusia y Alemania: la Bella Amistad
Clave resulta dentro de este panorama otro hecho que, dentro de los principales
temas en disputa, ha venido a pasar como desapercibido: el desarrollo de
extraordinarios vínculos de cooperación y sin precedentes entre Rusia y Alemania en
estos momentos. El periódico inglés THE GUARDIAN lo califica como “la bella
amistad”. En efecto, Alemania se ha transformado ya en el principal socio comercial
de Rusia de la Unión Europea. Rusia compró el año pasado, además, un record sin
precedentes de 25 billones de Euros en mercaderías alemanas. Y Alemania sola es
ya el principal inversor particular en ese país. Como escribiera THE GUARDIAN otra
vez, “en el corazón de una Europa ampliada, ninguna nación se ha movido con la
velocidad y penetración de Alemania para cimentar lazos con Rusia, desde la caída
de la cortina de hierro“.
6. La “Unión” Franco-Alemana
Tan lejos ha llegado la posibilidad de que ambas naciones puedan llegar a formar una
sola entidad política, como que el consejero para Asuntos Exteriores de la CDU,
partido opositor al actual gobierno de Schroeder, Karl Lamers, respondiendo a una
entrevista con el periódico francés LE MONDE, ha llegado a afirmar que la Asamblea
Nacional Francesa y el Bundestag (Parlamento alemán), “podrían constituir una
Comisión parlamentaria común, compuesta de representantes de las dos partes y
que se encargaría de acompañar el proceso de toma de decisiones de los órganos
ejecutivos de esta nueva entidad binacional“.
13 años han transcurrido apenas desde la caída del muro. Para muchos, la brecha en
la Alianza Atlántica, es hoy día ya casi evidente. En otras palabras “disfrazada“ de
consensualidad, -si cabe abusar de aquella expresión-, detrás de los criterios actuales
de la Política Exterior alemana, podría estarse escondiendo la Política Exterior más
osada delos últimos tiempos.
Rolando Arturo Leiva
Berlin, Alemania
28 octubre 2003
(Una versión de este artículo fue publicada por la Revista CAMBIO de ciudad de México, 2004/
Año 4, Número 105, bajo el título "Alemania: el regreso del león", por Rolando Arturo Leiva y
Vicente Poveda /Berlin)