Situación por Países.Gran Bretaña.
GOBIERNO DE GORDON BROWN Y LAS
NUEVAS RELACIONES CON LOS ESTADOS
UNIDOS
Por Rolando Arturo Leiva
10 agosto 2007
(Londres, Inglaterra) - El nuevo gobierno laborista británico del Primer Ministro
Gordon Brown, parecía apresado en medio de una serie de signos contradictorios
de su Política Exterior, pero especialmente en lo que dice relación con la política
exterior británica hacia los EEUU.
En particular, la guerra de Irak se considera altamente impopular en Gran Bretaña, y
constituye para muchos la causa definitiva de la caída del poder de Tony Blair, al
cual muchos llegarían a considerar como incapaz de mantener la independencia de
la Política Exterior británica frente a Washington.
Hacia mediados de semana, las posturas, en algunos casos contradictorias de altos
funcionarios del gobierno británico respecto a las relaciones con el gobierno
norteamericano, parecían multiplicarse.
En especial, se habían hecho notar las palabras del nuevo Secretario para el
Desarrollo Interno del Ministerio del Exterior (Foreign Office), Douglas Alexander
pronunciadas en Washington ante una audiencia democráta contraria a la guerra de
Irak, en las cuales afirmaría que ambos países (Gran Bretaña y los Estados Unidos)
ya no debían estar tan estrechamente unidos como antes, y que ahora, el nuevo
gobierno de Gordon Brown buscaba poner en práctica un enfoque internacionalista y
multilateral de la política internacional.
A esto se unían las declaraciones del nuevo Ministro, también en el servicio exterior,
Lord Mark Malloch Brown, osteniendo, en una entrevista con el DAILY
TELEGRAPH, que ya era hora de una política exterior inglesa más imparcial y más
en contacto con las posiciones de los líderes europeos.
Todas las anteriores se consideraban así signos de que el Partido Laborista
intentaba ahora distanciarse de la política de Washington.
A juicio de la BBC de Londres, “lo que se sugiere no es que la alianza atlántica -
entre Gran Bretaña y los EEUU- se esté quebrando, sino que va a ser un poco
menos estrecha. Es difícil no concluir que no hay un cambio en la atmósfera bajo el
gobierno de Gordon Brown. Está subyaciendo, y toda sugerencia de que hay un
cambio disgusta al gobierno, pero seguramente ello existe”.
Las palabras del Secretario Alexander, habían sido consideradas, en efecto, como
una crítica también, aunque en código, hacia el Presidente norteamericano George
W. Bush.
El responsable principal de la política exterior británica, el nuevo Ministro de Asuntos
Exteriores David Miliband, al cual se considera una de las figuras políticas más
brillantes y promisorias de nuevo gobierno de Gordon Brown, saldría en cierta forma
al paso de las declaraciones anteriores, cuando afirmara que Gran Bretaña se
propone seguir siendo el mayor socio o aliado de los EEUU, agregando que “nuestro
compromiso de en general trabajar con los EEUU, y con la administración Bush en
particular, es completo”.
Señalando a continuación que las palabras anteriores de sus colegas del actual
gabinete ya citadas, no significaban un distanciamiento del gobierno de Washington,
Miliband agregaría que Gordon Brown debe ser considerado, ante todo un “líder
fuerte” en Gran Bretaña, proponiéndose ser un “socio valioso” para ese país, y
trabajar en estrecho contacto con el Presidente Bush, “porque eso es lo correcto de
hacer”.
Las declaraciones anteriores han sembrado una serie de dudas acerca de cuales
son los nuevos principios de la política exterior británica bajo el gobierno de Gordon
Brown, dado que éste también ha planteado en diversas ocasiones distanciarse de
las instituciones europeas comunes de las que Gran Bretaña es parte, abogando por
un menor poder para aquellas, a lo cual se une ahora el hecho de que la relación
con Francia, bajo el nuevo Presidente Nicolás Sarkozy, parece estar igualmente
experimentando una baja.
Especialmente críticos de la relación británica con los EEUU, han sido, por ejemplo,
dentro del espectro político inglés, el jefe del Partido Liberal Democrático, Lord
Aschown, quién afirmaría que Gran Bretaña debe preocuparse solamente de tratar
de sacar ventaja de su relación con ese país. Otro líder de ese influyente partido, Sir
Menzies Campbell, llamaría igualmente al gobierno de Gordon Brown a hacer
presión o “apretar” al gobierno de Bush.
Bajo Tony Blair, agregó Campbell, esa relación era tan subordinada que parecía al
servicio de la política exterior norteamericana. Lo que necesita Gran Bretaña,
terminó diciendo Campbell, es ser un amigo de los EEUU y no su cliente.-
Rolando Arturo Leiva
Berlín, Alemania
10 agosto 2007
(Una versión de este artículo fue publicada en el Sitio Web InterEuropaReporte año 2007)