Temas Europeos
RUSIA Y GRAN BRETAÑA ENTRAN A UN
CONFLICTO ABIERTO
Por Rolando Arturo Leiva
13 agosto 2007
Heidelberg, (Alemania) - Tal como se reconocía en diversos círculos-, Rusia y
Gran Bretaña entrarían en los últimos días a un conflicto abierto, el peor en las
relaciones entre ambos países desde los años 90, o desde el fin de la llamada
Guerra Fría.
Teniendo en cuenta las numerosas áreas de cooperación que se han abierto entre
los dos participantes-, el tema para ambos países resulta complicado, sin embargo,
es especialmente complicado para Gran Bretaña, en tanto Rusia proporciona la
cuarta parte de todo el abastecimiento de petróleo que consume la economía
inglesa.
A juicio no obstante del FINANCIAL TIMES, Gran Bretaña y Rusia a comienzos de
esta semana, se preparaban “para un gran enfrentamiento diplomático”.
Y el tema se complica sin embargo aún más, por la larga lista de problemas que han
venido a separar a Rusia de Europa y los Estados Unidos en el tiempo reciente, el
último de los cuales lo constituiría la no ratificación rusa del Tratado sobre armas o
fuerzas convencionales,haciendo de nuevo aparecer una situación militar de un
apenas velado antagonismo.
Como se sabe, el motivo del conflicto actual entre Rusia y Gran Bretaña lo ha venido
a provocar ahora la negativa de las instituciones judiciales rusas de extraditar al
principal sospechoso, -el acusado ruso Andrei Lougovoi, quién niega toda
participación en el caso-, en la causa que se sigue por el homicidio del ciudadano
ruso/inglés Alexander Litvinenko acaecido en Londres. A través de su negativa,
Rusia ha aprovechado a su vez la oportunidad para quejarse que, más de una
treintena de solicitudes de extradicción, han sido rechazadas en distintos momentos
por las autoridades británicas. Lo anterior, sin perjucio de que, de acuerdo al tratado
sobre extradicción vigente en estos momentos, a Rusia le asiste plenamente el
derecho legal de negarse al pedido de extradicción de un ciudadano ruso.
La respuesta conteniendo la negativa rusa, llegaría a Londres el 9 del presente,
siendo juzgada por las autoridades inglesas como “muy decepcionante” y
anunciando que responderían a ella con una seriedad máxima.
El origen son los hechos que condujeron a la muerte al ciudadano ruso pero
nacionalizado inglés Alexander Litvinenko, el 23 de noviembre del año pasado,
2006, muerto en Londres a la edad de 43 años, como producto de un
envenenamiento causado por la sustancia radioactiva conocida como Polonio 210.
El 1° de noviembre de ese año, Litvinenko se había reunido en un hotel de la capital
británica con el acusado actual Andrei Lougovoi, lugar donde se había bebido un té.
La supuesta utilización de Polonio 210 para causar la muerte de Litvinenko, dejaría a
su vez numerosas huellas de radioactividad a todo lo largo de la capital inglesa, si
bien ninguna de ellas llegaría a tener los mismos efectos que con Litvinenko.
La respuesta inglesa a la negativa de extradicción rusa, se había mantenido hasta
última hora en reserva, trascendiendo sin embargo, -como lo expresarían distintas
fuentes-, que ella sería “muy pesada”.
El lunes 16 de Julio, en la tarde, Gran Bretaña anunciaría de esta manera que, a
consecuencias de la negativa rusa, se había decidido la expulsión 4 diplomáticos de
Rusia, para a continuación agregar el Secretario del Exterior, David Miliband, que
se revisarían al mismo tiempo todas las áreas de la cooperación existentes
actualmente entre Inglaterra y Rusia.
Como se esperaba, la medida del gobiernmo inglés traería inmediatamehte una
guerra de represalias y réplicas y contraréplicas, anunciando poco después el
gobierno ruso que daría a su vez una respuesta a la medida a la decisión inglesa,
para confirmar poco después la expulsión a la vez de 4 diplomáticos británicos de
Moscú.
Rusia, simultáneamente, calificaría la expulsión de sus diplomáticos, como inmoral,
una grave provocación, y un algo destinado a tener serias consecuencias en las
relaciones entre ambos países.
El Ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, llamaría no obstante a “no
politizar” al mismo tiempo las relaciones entre ambos países.
Hablando durante una visita a Berlin, el nuevo premier inglés, Gordon Brown,
expresaría poco después, que él “no tenía excusas que dar” por la decisión de
expulsar a los diplomáticos rusos Gran Bretaña, volviendo a reiterar su voluntad de
buscar las buenas relaciones con Rusia, agregando a continuación que la medida
punitiva por el rechazo al pedido de extradicción, había sido tomado pensando
únicamente en la Justicia.
De una u otra forma, se está, sin embargo, ante una situación sin precedentes desde
el fin de los bloques hace más de 15 años atrás, y que presagia el retorno a una Era
de tensas relaciones entre los principales protagonistas del escenario europeo.-
Rolando Arturo Leiva
Heidelberg, Alemania
13 agosto 2007
(Una versión de este artículo fue publicada en el Sitio Web InterEuropaReporte año 2007)