SINGULAR EXPRESION ALCANZA LA
LITERATURA LATINOAMERICANA EN
ALEMANIA


Por Rolando Arturo Leiva
11 noviembre 2007


Heidelberg (Alemania) - Trazar el cuadro completo del panorama de la Literatura
Latinoamericana en Alemania, su desarrollo, su inserción en la estructura editorial
del país y su recepción por el público, -efectuando a la vez un seguimiento autor por
autor, las ediciones, sus tirajes y fechas-, no resulta tarea tan simple, y requeriría en
cierta forma efectuar un trabajo de investigación especializada, el cual de alguna
manera no ha sido aún realizado.


Poseemos, sin embargo, algunos hechos claves, personalidades y eventos, junto a
fechas determinadas que podrían ayudarnos a entender como un todo, tanto el
proceso como el panorama anterior.


Para comenzar, mucho del desarrollo y aparición de la Literarura Latinoamericana en
Alemania, estaría vinculado a una Editorial específica, la Editorial Suhrkamp y a su
editora para lengua española, de nombre Michi Strausfeld. En momentos posteriores
a la 2ª Guerra Mundial, se haría cargo de la Editorial el empresario y editor Sigfried
Unseld (1924-2002). Cabría, entonces, a la Sra Strausfeld, la significativa labor de
intentar interesar a éste en la Literatura de Hispanoamérica, tratando de demostrar
su importancia en sí misma, así como el interés que su conocimiento podría
representar para el público alemán, llegando finalmente a obtener el pleno respaldo
de Unseld para empezar a acometer la tarea de publicar autores latinoamericanos
en lengua alemana.


El año 1976, va a tener lugar así el verdadero “estallido” de la Literatura
latinoamericana en Alemania, al momento que fueran publicados 17 autores
latinoamericanos a la vez, con 20 títulos, y alcanzando un éxito editorial inmediato.
Muchos de ellos pertenecían, y no por azar, a lo que recibiría, tanto en esos
momentos, como posteriormente, el nombre del Boom Literario Latinoamericano,
entre ellos Juan Carlos Onetti, Julio Cortázar, Guillermo Cabrera Infante, Mario
Vargas Llosa, el Premio Nobel Octavio Paz-, y siguiendo en el tiempo,Isabel Allende,
la cual vendría a transformarse a la postre y hasta el presente, en la autora
latinoamericana de más éxito de la Editorial, habiendo llegado a obtener en 1990, el
título de betseller del año en Alemania.


Podía decirse entonces, que la Literatura Latinoamericana, -reproduciendo el juiciode
la Sra Strausfeld, hasta 1974, prácticamente no existía en Alemania. Solamente
eran conocidas algunas traducciones de Jorge Luis Borges y Gabriel García
Márquez, las que, sin embargo, se consideraban que no habían llegado a tener
plena difusión en el público.


El segundo acontecimiento límite en este sentido, sería la inauguración de la Feria
del Libro de Francfort el año 1976, que estaría dedicada a Latinoamérica, lo que
vendría acompañado de la publicación de los 19 títulos simultáneos ya referidos,
pasando ello a constituirse en un hecho sin precedentes en la historia de la literatura
alemana en relación a una literatura extranjera. En su conjunto, entonces, si se
efectúa un balance general al presente, a lo largo de tres décadas, la Editorial
Suhrkamp, ha publicado, un total de 300 libros, llegando a publicar 10 libros de
Literatura Latinoamericana por año, lo cual viene a significar, en promedio, casi
un libro latinoamericano publicado al mes en Alemania.


Pero junto a la Literatura Latinoamericana que por decirlo así ha tenido aceptación
oficial en Alemania y éxito editorial, se sitúa también otro grupo de autores que se
han definido como no formando parte del interés de las editoriales y se han
organizado formando talleres literarios, y que también han alcanzado alguna forma
de difusión. Sólo considerando las obras traducidas al alemán, cabe citar, entre
ellos, por ejemplo, al escritor y dramaturgo Omar Saavedra, que fuera publicado en
la década de los 90 con varias novelas y piezas de teatro traducidas, al poeta Pablo
Quevedo en Berlín, y otro grupo de autores en München.


En este sentido, opina, entonces, por ejemplo la Deutsche Welle (Onda Alemana)
en un artículo reciente, que el interés de los lectores alemanes por la literatura
latinoamericana, resulta verdaderamente constante.


El Festival de Literatura de Berlín, que se celebraría del 4 al 16 de septiembre
pasados, sería asimismo una nueva ocasión para que la Literatura Latinoamericana
alcanzara relevancia en Alemania, teniendo como “estrella” del Festival, -en palabras
de EL PAÍS- a una treintena de autores latinoamericanos invitados, convocados,
ante todo, para discutir, como tema central, La literatura en el continente
latinoamericano antes y después del realismo mágico. Desde el momento que la
responsable del Taller o Fokus Latinoamerika del Festival, sería igualmente la
editora Michi Strausfeld de Suhrkamp, a ésta le correspondería señalar por ejemplo,
que a la nueva generación de autores latinoamericanos, le interesa ahora abordar
temas tales como “la corrupción y los desaparecidos de las dictaduras”, poniendo
como ejemplo en este sentido, a la escritora Elsa Osorio, cuyo su libro “A veinte
años Luz” (1998) traducido a 15 idiomas, ha pasado a ser considerado como una
verdadera historia de la dictadura en Argentina.Representando a Latinoamérica, el
Festival preveía la participación de escritores tales como Iván Thays del Perú,
Piedad Bonett de Colombia, Edgardo Cozarinsky de la Argentina, Guillermo
Fadanelli de México, Reginaldo Ferreira da Silva de Brasil, la escritora hispanouruguaya
Carmen Posadas y otras escritoras como Laura Antillano de Venezuela,
Claudia Amengual de Uruguay, Guadalupe Nettel y Cristina Rivera Garza de México,
y la escritora Karla Suárez de Cuba.


Tal como hemos venido señalando, inicialmente, la tendencia literaria central y que
alcanzaría mayor difusión, -y a través de la cual principalmente se reconocería a
sus autores-, sería, como se sabe, el llamado realismo mágico o realismo
fantástico, -a la cual pertenecía la mayor parte de los autores del Boom Literario,
aunque no todos- y cuyo iniciador y padre de la tendencia de ese nombre, se
considera a Miguel Angel Asturias con su novela Hombres de Maiz, -traducido al
alemán bajo el título de Maismenchen- y continuando después en el tiempo con el
escritor cubano Alejo Carpentier. Se llegaría así a considerar a esta tendencia
como un signo distintivo de la Literatura Latinoamericana en oposición a la europea,
y en oposición también al llamado realismo social, siendo su característica central
la de tratar de mezclar los límites entre realidad y fantasía, e incluyendo a la vez
dentro de su temática, cuestiones tales como la cultura popular, mitologías, religión,
historia y geografía.


A continuación en el tiempo, sin embargo, se ha reflejado también en la Literatura
Latinoamericana tal como se la conoce en Alemania, algo como una nueva
tendencia, la cual se aparta en principio de la anterior, y a la cual se ha identificado
a veces bajo denominaciones semi satíricas, como por ejemplo, la generación
Boomerang (en oposición al Boom Literario), o Mac Ondo como deformación
intencionada de la palabra Macondo de la principal obra de Gabriel García Márquez,
y a la cual se asocia por ejemplo a escritores como Alberto Fuguet y Sergio Gómez,
-que fueran editores precisamente de una obra con el título de Mac Ondo que
incluye trabajos breves de diversos autores-, o asociada también a nombres como
el escritor Jorge Franco, de Colombia -si bien éste, en una entrevista reciente con la
Deutsche Welle, afirmaría por ejemplo, que “es un poco arriesgado hablar de boom
(es decir nuevo boom o post boom) en un grupo de escritores que recién
comenzamos”-, o asociada igualmente a Santiago Gamboa, Hector Abad, Mario
Mendoza y Juan Carlos Botero, también de Colombia, Jaime Babyl del Perú y
Edmundo Paz Soldán de Colombia. Considerados todos como novelistas
latinoamericanos jóvenes por una Gaceta literaria alemana, la misma publicación los
define como una generación Post en todos los sentidos de la palabra: post-yippie,
post-modernista, post-comunista, post baby boom, post capa de ozono. En ellos,
termina diciendo esa publicación alemana, no hay realismo mágico sino realismo
puro. Publicaciones destacadas de quienes podrían ser considerados miembros de
esta tendencia, y que verían la luz en Alemania, las constituyen, por ejemplo
Santiago Gamboa, con Verlieren ist eine Sache der Methode, (Perder es una
cuestión de método) en la Editorial Unionsverlag 2001, o bien Das glückliche Leben
des jungen Esteban (La feliz vida del joven Esteban), del mismo autor en el Editorial
Wagenbach 2002. O bien Jorge Franco con su Rosario Tijeras en la Editorial
Unionsverlag 2002. Jorge Volpi, Eloy Urroz, e Ignacio Padilla, con Drei Skizzen des
Böse(Tres bocetos del mal), en la Editorial Hainholz 2001. Jorge Volpi, con Das
Klingsor-Paradox ( La paradoja de Klingsor) en la Editorial Klett-Cotta 2001. Hector
Abad, con Kulinarisches Traktat für traurige Frauen (Tratado culinario para mujeres
tristes), en la editorial Wagenbach 2001; y Jaime Bayly, con Sag es keinem (No le
digas a nadie), en la Editorial Ammann-Verlag 1996.


Hablando ya en otros sentidos, un punto que siempre va a salir a la superficie al
tratar el tema del significado de la Literatura Latinoamericana en Alemania, será la
cuestión de la traducción al idioma alemán, por las obvias dificultades que entraña
vertir obras muy complejas desde el punto de vista lingüístico de un idioma al otro. El
rol que han pasado a jugar determinados traductores llegaría a cobrar, por eso, una
especial importancia y relieve. Si se toma como ejemplo el caso siempre de

Suhrkamp, para la Sra Strausfeld, su editorial, garantiza ante todo al autor la buena
traducción de su obra, pues, Suhrkamp, afirma, no se podría permitir deficiencias en
una traducción. Esto haría que, como ejemplo, cuenta Strausfeld, la novela Rayuela
de Julio Cortázar, llegara a tardar 7 años en ser traducida, ante la complejidad
idiomática que mostraba la misma. De la misma manera, puede decirse que ha
surgido un grupo de traductores célebres o afamados por sus versiones en lengua
alemana, como son, por ejemplo, Elke Wihr, traductora de Mario Vargas Llosa
desde hace 15 años, y quién, según afirma, ha llegado a compenetrarse
completamente de su escritura. O el caso de María Bamberg, traductora de Carlos
Fuentes, para la cual estar en estrecho contacto con el autor resulta insustituible,
de la misma manera como, a veces, -explica-, no resulta extraño el tener que
telefonearlo solo para preguntarle el significado exacto de alguna palabra. O
también, Willi Zurbrüggen, a quién le ha correspondido ser el traductor de autores
como Mario Benedetti, José Donoso y Miguel Angel Asturias, y quién declara que,
con frecuencia, el traductor se transforma en un verdadero “hermano espiritual”del
autor.


Desde el punto de vista ahora de escritores individualmente considerados en
Alemania, el caso digno de descatacar será siempre el de Isabel Allende, que en
todo sentido resulta ser la escritora latinoamericana chilena más exitosa desde el
punto de vista editorial, habiendo llegado a vender, su primera novela, La Casa de
los Espíritus, desde su fecha de aparición en 1984, un total de 3,5 millones de
ejemplares. A la fecha, Suhrkamp lleva traducidos un total de 18 títulos de Isabel
Allende, con lo cual ha adquirido, a la vez, la condición de la escritora extranjera
que más vende en Alemania, en base a que todos sus libros se han transformado
en bestsellers, es decir, superando la marca de los 100 mil ejemplares. Merece
también destacarse que, desde hace 5 años, la traductora de Isabel Allende ha sido
Svenja Becker quién, a raíz de la novela en que la escritora describe su país natal,
Chile, recibiría una beca del Fondo Alemán de Traductores para viajar y conocer ese
país en persona, como forma de encontrarse en mejores condiciones para acometer
la traducción de la obra.


A juicio de Michi Strausfeld, de la Editorial Suhrkamp, Isabel Allende constituye,
entonces, verdaderamente como “un cuento de hadas”, y su sola presencia da lugar
a fenómenos sin precedentes en la aparición pública de un escritor, agolpándose la
gente al verla, realizando largas colas para asistir a sus presentaciones y pagando
a veces entradas por ellas, como asimismo haciéndola objeto de pequeños
obsequios, si se tiene la posibilidad de conocerla en persona, y a menudo
comprando sus libros para regalo.


Otro aspecto interesante de la Literatura Latinoamericana en Alemania, lo
constituyen, por ejemplo, también las obras llevadas al cine, tema en el cual apenas
podríamos profundizar por el momento. Un caso relativamente reciente, lo constituye
sin embargo el libro de cuentos del escritor Luis Sepúlvera, de Chile, aparecido bajo
el título de “Cómo el gato Zorba enseñó a volar a la pequeña gaviota” y publicado
por la Editorial alemana Fischer, una de las importantes también del país, que
aparecería en versión cinematográfica bajo la traducción textual de

Wie Kater Zorbas der kleinen Möwe das Fliegen beibrachte.

 

Merece también citarse, por último, el caso de una edición póstuma en lengua
alemana, como es la del autor Roberto Bolaño (1953-2003), que, con un total de
19 obras producidas en vida, mantiene al presente 7 obras traducidas al alemán,
teniendo como traductor principalmente a Heinrich von Berenberg, y publicadas ante
todo en editoriales de München.


Qué lleva entonces al público alemán a interesarse por la literatura latinoamericana,
resulta ser casi una pregunta obligada. La Dra Verena Dolle, Profesora de Literatura
Latinoamericana del Instituto Latinoamericano de la Universidad Libre de Berlin, y
anteriormenete profesora asistente en esa especialdad en la Universidad Católica
de Eichstaett-Ingolstadt, y que dicta 4 cátedras en ese Instituto, entre ellas de la
Literatura Peruana del post Boom y la novela de la Revolución mexicana, señala:
“estoy de acuerdo con la tesis de un especialista de Munich que el público alemán
busca y ha buscado lo exótico, lo maravilloso en las obras de ficción
latinoamericanas y pienso que el Premio Nobel para Gabo (García Márquez) en
1982, estimuló aún más la recepción de esas obras. Sin embargo, agrega, la
actitud ha cambiado bastante en los últimos años. En los años sesenta, hasta los
ochenta, hubo un verdadero interés (político), también fascinación (y cierta
tendencia escapista), admiración y entusiasmo por el continente, o más bien, por
algunos países.


No obstante, debe señalarse también que, respecto a otras literaturas extranjeras
que se publican en Alemania, dice la Dra Dolle, la literatura latinoamericana en
Alemania, no está en el mismo plano de otras literaturas, sobre todo de la de habla
inglesa. Las traducciones al alemán de obras de ficción son en su gran mayoría de
autores ingleses/norteamericanos.


Considerando, entonces, cual podría ser la característica propia de la Literatura
Latinoamericana vista en su conjunto, o bien qué es lo que entiende por
latinoamericano el lector alemán, la Dra Dolle piensa, a su vez, que el término
Latinoamericano tiene ante todo un sentido de “orientación” general”, -dice-, así
como la noción de literatura europea para el público latinoamericano, pero yo diría
que hay que destacar las diferencias, la diversidad, el polifacetismo de la literatura
de cada país.


Respecto a las tendencias literarias, a juicio de la Dra Dolle, el público alemán es
capaz sólo de identificar a aquellos autores llamados del Boom Literario, y las
nuevas tendencias aparecidas son comprensibles sólo para algunos círculos de
especialistas, sin embargo, agrega, hay una vida cultural activísima en Berlin, por
ejemplo con escritores jóvenes (de Crack, etc.) con poetas (en el festival de la
Latinale), el programa de beca del DAAD para escritores latinoamericanos, y el
hecho que por ejemplo actualmente el escritor mejicano Guillermo Fadanelli vive en
Berlin, da con frecuencias ponencias, etc.- termina afirmando la Dra Dolle.-


Rolando Arturo Leiva
Heidelberg, Alemania
11 noviembre 2007

 

 

(Una versión de este artículo fue publicada en el Sitio Web del "Centro Alemán de Información
para Latinoamérica", año 2007)