DECIMA CELEBRACION DEL “DIA DE LA

UNIDAD ALEMANA”

 

Por Rolando Arturo Leiva

6 octubre 2000

 

 

Heidelberg (Alemania) - En la capital de Estado de Sajonia , Dresden, (Alemania)

y con la asistencia de más de 1400 invitados, y la participación del Presidente de

Francia Jacques Chirac como principal invitado, se celebraría el martes pasado, 3

de septiembre, el llamado “Dia de la Unidad Alemana” -expresión escrita igualmente

con mayúscula en el idioma alemán actualmente - y que da lugar a un día festivo

en toda Alemania. Pero, aparte de ceremonias oficiales, otras festividades

prácticamente no existen, y ha venido a hacerse característico que el día

aniversario transcurra más bien en medio de la indiferencia generalizada.

Invitados oficiales al acto de Dresden, serían el ya mencionando Presidente de

Francia, Jacques Chirac, junto a su homónimo de Alemania, Johannes Rau

-reapareciendo luego de una larga convalescencia-, el Primer Ministro de Sajonia,

Kurt Biedenkopf -quién simultáneamente ocupa el cargo de Presidente del Consejo

Federal de Alemania-, el ex Primer Ministro de la ya desaparecida Alemania Oriental,

Lothar de Maziere, la Secretaria de Estado norteamericana Madeleine Allbright, y

por cierto el actual Canciller de Alemania Gerhard Schroeder. Tal como señala el

primer periódico alemán, el FRANKFURTER ALLGEMEINE ZIETUNG (FAZ), aún

en ausencia, la figura de Kohl dominaría sin embargo la escena.

Helmut Kohl, quién fuera el Canciller en ejercicio durante el tiempo de la

reunificación, y que cuenta actualmente con 70 años de edad, declinaría asistir al

acto por no haber sido incluído en la lista de los oradores del día, reservada sólo a

Jacques Chirac, Rau, Biedenkopf y de Maziere. La figura de Helmut Kohl -como se

sabe-, ha adquirirdo un carácter conflictivo y polémico a causa del escándalo de las

así llamadas “Cajas negras” o el uso de fondos no declarados para financiar su

partido, el CDU, recibiendo dinero de donantes cuyos nombres él se ha negado a

otorgar. Sin embargo, pocos niegan a Kohl los que se consideran “méritos civiles”

de este último por el papel que le cupo durante la reunificación de su país, ocurrida

entre 1989 a 1990.

De la misma manera, el aniversario transcurriría igualmente en medio de signos

opuestos, como vendrían a ser por un lado, la ya mencionada inasistencia de Kohl,

pero, más importante aún, una serie atentados antijudíos, tales como pintados de

cruces svásticas en los monumentos a las víctimas existentes en el ex campo de

concentración de Buchenwald, un atentado a una Sinagoga en Düsseldorf -que

motivaría, el miércoles pasado, la visita de desagravio del Canciller Schroeder, y

durante la cual efectuaría un llamado a una “revuelta civil ” contra ese tipo de actosy,

por último, profanación de un cementerio judío en la ciudad de Postdam

(Brandenbrurgo) hechos que, según el FAZ, llegaron a ensombrecer el aniversario.

La celebración en Dresden se llevaría a cabo sin embargo en un clima muy

distendido, donde los mandatarios asistentes tomarían contacto directo con el

público asistente en un número cercano a las 100 mil personas. Pocos comentarios

son más pertinentes para entender el ambiente del aniversario, como los realizados

por el Corresponsal del NEW YORK TIMES en Alemania, Roger Cohen, según el

cual, la ceremonia se llevaría a efecto “en un país al cual todavía preocupa el

realizar ceremonias ostentosas. Ninguna bandera alemana adornaba el interior de la

magnífica Casa de la Opera Semper en Dresden, y quizás ningún otro Estado

celebraría su nacionalidad con tanta modestia: el discurso central fue realizado por el

Presidente de Francia Jacques Chirac”. Sin duda, -dice Cohen-, “la euforia que

acompañó la desaparición del Estado Comunista de Alemania Oriental, se ha

evaporado”.

Mucho del recuerdo actual de la reunificación alemana, ha degenerado también en

una ácida polémica acerca de quién se ha hecho principalmente acreedor a los

méritos por aquella, dando lugar a la denominada “ guerra de citas”, donde Kohl,

por ejemplo, ha querido reproducir las palabras textuales que pronunciara el actual

Canciller Gerhard Schroeder, 5 meses antes de la caída del muro, cuando dijera:

“debemos dejar de seguir mintiendo acerca de la reunificación. No sucederá”. Y así

también cita el voto negativo de este último a aprobar la reunificación cuando era

Primer Ministro de Baja Sajonia. En la ceremonia de Dresden, Chirac se

preocuparía, sin embargo, de no hacer omisión del papel de Kohl durante el

proceso de reunificación, al señalar, en relación a éste último: “Hubo que tener

coraje para ir tan lejos, actuar tan rápido y sugerir -en el preciso momento- este

difícil y ambicioso camino a su pueblo”.

El principal problema abierto por la reunificación, lo sigue constituyendo la situación

reinante en el este -la ex Alemania Oriental- con respecto a la cual a menudo se

usa la expresión de que habría sido “tomada” por la parte Occidental, llevando a

algunos a opinar que Alemania actual semeja algo así como “ un solo Estado con

dos sociedades distintas”, el Este y el Occidente.

Pese a la transferencia a lo largo de los últimos 10 años en total de unos 540

billones de dólares a la parte Este, esta sección de Alemania continúa estando

retrasada respecto al conjunto, si bien, índices recientes, hacen ver de manera muy

optimista que ésta ya camina muy rápidamente para ponerse a la par con el resto.-

 

RAL

Heidelberg, Alemania,

6 octubre 2000