EN OCCIDENTE Y OTROS PAISES AUN NO SE
ACIERTA A COMPRENDER CABALMENTE A
PUTIN


Por Rolando Arturo Leiva
29 Marzo 2000


Heidelberg (Alemania) - La victoria de Vladimir Putin en Rusia el domingo pasado,
con el 52,64% de los votos, haciendo así innecesario la realización de una segunda
vuelta electoral-, ha producido nuevamente que la mayoria de las naciones
occidentales y los distintos lideres que las representan, empiecen una vez más a
interrogarsecon renovado vigor acerca de cuales pueden ser las caracteristícas
personales últimas del lider triunfante en Rusia, para tratar de esta manera de
entender el camino que deberá seguir tal país. Sin embargo -ya a siete meses del
nombramiento de Putin como Primer Ministro y a dos como sucesor de Boris Yeltsinel
nuevo Presidente de Rusia sigue constituyendo para la gran mayoria un enigma.
En la elección del domingo pasado, Vladimir Putin obtuvo un 52.64% de los votos
contra un 29,34% de su principal oponente, el representante de los comunistas,
Gennadi Zyuganov. La obtención de la mayoria absoluta, había estado en suspenso
durante todo el curso de la noche del domingo. Si bien se considera,en general,a la
votación de los comunistas todavia alta -representando un tercio del electorado- el
número absoluto de votos obtenido por ese partido, disminuyó desde los 23.6
millones de la campaña de 1996, contra los 20.7 millones actuales -aunque la
campaña del 1996 estuvo marcada por una carrera frenética por aliarse a Boris
Yeltsin para cerrar el paso a los comunistas, cuya victoria llegó a considerarse
inminente en ese momento.
La victoria de Putin se extiende, además, ahora, a casi la mayoría de las regiones
electorales de Rusia, habiendo derrotado al candidato comunista Zyujanov, aún en
la region originaria de este último, Orlovskaya, cuestión que en general se atribuye al
papel cumplido por los poderosos gobernadores locales, que se jugaron en favor del
candidato del Kremlin.
Para distintos observadores, la victoria actual de Putin resulta ser ante todo la
victoria de la Rusia más occidental y metropolitana, pero, además de ello, participan
conjuntamente una vasta coalición de intereses que comprende, primeramente, a la
derecha liberal y reformista, al llamado “partido del Poder” ; a aquellos que se da el
nombre de los nuevos ”oligarcas” de la economia, a la anónima y siempre poderosa
burocracia regional, al partido de los gobernadores, a la Igiesia, y en general, a
todos los sectores que hicieron suyo el mensaje difundido por Putin -y que se
acentuara especialmente en las útimas tres semanas- el cual, en términos
generales, se puede resumir de la siguiente manera: de que tenida cuenta de la
fase actual del desarrollo de Rusia, solamente un Estado fuerte será capaz de
mantener y luego acentuar el camino de Rusia en dirección al cambio y la reforma
que este pais necesita.
Para el líder comunista Zyuganov, en cambio, la elección constituyó otra vez un
fraude electoral que se fraguó entre muchos sectores para otorgarle Putin la mayoria
absoluta. Diversos observadores europeos presentes en la elección del domingo
han desestimado, sin embargo, en general, este tipo de denuncias. Los comunistas
sostienen asimismo que se ha formado en el pais una nueva nomenclatura a
continuación de la de Yeltsin, basada igualmente en la corrupción, en los vínculos
mafiosos y en el total desprecio hacia cualquier forma de legalidad, y tales son los
sectores que están detrás de Putin, aunque reconocen que alrededor del nuevo
Presidente de Rusia, se está librando una dura batalla de poder entre los que
quieren mantener el viejo camino y ”saquear el pais” y aquellos que aún conservan
algún sentido de dignidad del Estado -como señalan los comunistas-.
Sin embargo, como indican esos ejemplos, la mayoría de los observadores se
encuentra igualmente de acuerdo en señalar que, la actual victoria de Putin, está
progresivamente dejando atrás la antigua situación de polarización entre comunistas
y anticomunistas que existia en el país, volviéndose ahora ante todo el resultado de
un conflicto o división más amplia entre los que se han adaptado, por un lado, y los
que no se han adaptado por otro a la nueva sociedad en que ha ido
transformándose Rusia en la última década.
La cuestión clave de la politica de Putin -se sostiene- es que aquel no cuenta
precisamente con una sola Política que sea idéntica en todos los planos, y es asi
como éste puede ir y recoger votos desde todo el espectro politico, desde
comunistas a sectores opuestos a éstos. Los resultados de la elección del domingo
pasado, parecen sugerir así, en parte, que en Rusia se estaría caminando más bien
en dirección a un esquema politico de tipo bipolar, formado por dos grandes bloques,
partidos o corrientes, y la situación de pequeños y mútiples grupos políticos o
alianzas que caracterizaron a los años posteriores a la desaparición de la Uniön
Soviética, va lentamente quedando atrás. Todo lo anterior estimula día a día más el
ansia de los occidentales de obtener respuestas precisas para sus principales
interrogantes sobre Rusia. En el plano económico, por ejemplo, Putin ha sostenido
de que apoya la creación de un Estado capitalista moderno, pero no tanto en razón
de una inclinación personal suya a la sociedad de libre mercado, sino, por el
contrario, como una necesidad pragmática, ya que ese es el camino por el cual
puede atraerse mejor la inversión extranjera que el país necesita.
Refiriéndose a las Fuerzas Armadas actuales -por citar otro caso-, ha declarado por
ejemplo Putin, que su deseo es llegar a contar con Fuerzas Aramadas de primer
orden pues, afirma, “queremos que nuestro pais sea poderoso, grande y fuerte y que
pase a ser uno de los más poderosos del mundo”. Respecto a las armas nucleares,
también ha querido puntualizar que ”ciertos paises acostumbran a inmiscuirse en los
asuntos de otros, pero Rusia no permitirá que se le hable el lenguaje de la fuerza,
pues ella es una potencia nuclear”.
Semejantes observaciones, que pueden significar tanto una politica como la
contraria, han llevado a reaccionar con cautela a la mayoria de los líderes
occidentales a la vista de su triunfo electoral, si bien la mayoría considera un hecho
favorable el que ahora exista en Rusia un periodo estable de 4 años por delante,
dirigido por un Presidente que ha sido directamente elegido por voluntad popular.
Las opiniones críticas, sin embargo, no han escaseado y la mayoria se encuentran
centradas en la posición de Rusia ante la cuestión de Chechenia, que es el principai
punto conflictivo actualmente, que separa a esa nación, -Rusia-, de casi la totalidad
de paises del mundo. El Presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la
Asamblea Francesa, Jack Lang, ha llegado a estimar, por ejemplo, que ”la elección
de Vladimir Putin es la última escaramuza de una victoria anunciada, planificada y
orquestada como una operación militar, así como la guerra en Chechenia ha sido
completamente instrumentalizada por el poder en Moscú, y se ha salido
completamente de las reglas democráticas ..”.
También el Presidente Clinton ha congratulado a Putin por su victoria, no obstante
insistiendo delante de éste, en la necesidad de la búsqueda de una solución pacífica
a la situación de Chechenia, y reiterando que los EEUU miran con expectación
hacia Putin y cómo va a actuar de aquí en adelante, para fortificar las frágiles
instituciones de Rusia actual, y solidificar el camino de la reforma económica. Otros
líderes europeos han expresado preocupaciones similares, tales como el Presidente
de Francia, Jacques Chirac, el Ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Joscha
Fischer y el primer ministro inglés, Tony Blair.
Los paises del centro de Europa, por último, no han dejado de observar y analizar
con cierta preocupación cual puede ser el significado del resultado electoral en
Rusia, después, especialmente, que estos paises se han venido quejando
repetidamente del crecimiento del volumen de espionaje ruso en sus naciones, asi
como las actividades criminales en la región que atribuyen a dicho origen.
Recientemente, Polonia y la República Checa, expulsaron a dos diplomáticos rusos
y se considera por algunos que varias ciudades de estos paises han pasado a ser
verdaderos centros de la criminalidad organizada de origen ruso.
El mismo FBI norteamericano, abrió no hace mucho una oficina en Budapest, y está
planeando hacer otro tanto en Praga, para combatir desde allí a la Mafia rusa que
se dice opera con mucha fuerza en la región.
Asi, entonces, si bien Putin ha declarado querer poner remedios ”fuertes” a ese tipo
de males, en general, ahora el mundo estará más pendiente de lo que haga que de
lo que diga, tal como lo expresara en forma muy gráfica, recién terminada la elección
en Rusia, la Secretaria de Estado Norteamericana, Madeleine Allbright.


RAL
Heidelberg (Alemania)
29 marzo del 2000