COOPERACIÓN CIENTÍFICA CHILENO /
EUROPEA
Por Rolando Arturo Leiva
25 de Noviembre de 1992
Con mucho interés se ha dedicado la parte chilena últimamente a estudiar la
posibilidad de mejorar su enfoque global sobre la cooperación científica
internacional, en particular con los países del continente europeo. Durante el
período 1973-90 se registró, como se sabe, un bajo nivel de las relaciones chileno /
europeas, exceptándose sólo el área de las relaciones económico-comerciales que
sí registraron un increemento importante. En estos momentos, el gobierno chileno se
propone entonces recuperar tiempo como terreno perdido en esta materia.
Sin entrar todavía a un análisis profundo del tema, pudiera decirse que las
necesidades que intenta satisfacer Chile mediante el uso de la cooperación
científica, aparecen mayores en unos campos que en otros. Comparativamente
hablando, las Ciencias Sociales se sitúan por ejemplo en una posición más
desmedrada frente a las ciencias llamadas exactas, en lo que a beneficiarse de la
cooperación internacional se refiere. Sin embargo, éstas últimas no se encuentran
tampoco en la posición superior que generalmente se estima. Para incrementar la
cooperación en esta última área, la parte chilena aspira entonces, como primer
objetivo, obtener elementos de infraestructura y equipos de los cuales se carece en
el medio nacional. Al mismo tiempo, se quiere fomentar el perfeccionamiento
académico de profesionales chilenos en Europa para que puedan ampliar sus
horizontes culturales, y la comunidad chilena como un todo se beneficie de los
avances que en estos campos se registran en un medio europeo.
El interés que por contrapartida muestran los países europeos al respecto, es
también amplio y variado. Alemania por ejemplo, cuyo caso nos resulta por ahora
mejor conocido, tiene interés por establecer relaciones en casi todas las áreas
posibles. Este último país no desconoce que su experiencia acumulada en diversos
terrenos científicos debe de resultar atractiva para un país en vías de desarrollo
como es Chile, -desde la economía social de mercado, que se caracteriza en
Alemania por un grado de relativa armonía entre los integrantes de su economía, lo
que no produce desigualdades marcadas, a avances en áreas especiales como
genética, medicina, química, biología, sin dejar de mencionar la ecología, cuya
participación se reconoce en casi todas las demás disciplinas científicas.
Hasta estos momentos, la cooperación chileno/alemana se ha mantenido
principalmente al nivel de los contactos individuales sostenidos por académicos de
ambos países, debido a lo cual, algunas universidades chilenas han empezado a
sentir interés por ampliar esas iniciativas e integrarlas quizás a un marco más
permanente de relaciones.
Las posibilidades de desarrollar aún más las perspectivas actuales de cooperación,
recibieron un apoyo importante también al ser creada en la Embajada Chilena en
Bonn una Agregaduría Científica, con fecha 1° de Enero del presente año, 1992,
cargo que por primera vez le correspondió ocupar al Sr Otto Boye.
Desde esa fecha en adelante, -informa el nuevo Agregado Científico-, un balance
preliminar de actividades demuestra que entre la Universidad de Chile y la
Universidad de Heidelberg existen por lo menos 10 áreas específicas de
materialización de contactos y con perspectivas de transformarse en actividades
comunes. Asimismo, entre la Universidad Austral y la Sociedad Alemana para el
Trabajo Tecnológico Conjunto -GTZ-, se ha firmado un Convenio por tres años, con
el cual se pretende crear en la ciudad de Valdivia carreras universitarias dentro del
campo de la economía. Finalmente, la Radio Bremen y la Universidad de Playa
Ancha, han tomado contacto también a fin que la primera colabore a desarrollar la
Escuela de Periodismo creada hace un año por esa Universidad chilena.
Entre Alemania y Chile puede afirmarse, pues, que no existen limitantes para
desarrolar la cooperación científica. Alemania cuenta con una población de 80
millones de habitantes, un millón y medio de estudiantes universitarios e inmensos
recursos materiales y financieros dedicados al desarrollo científico y tecnológico.
Aquellas condiciones significan potencialidades para el intercambio científico que
Chile está dispuesto a aprovechar. Al mismo tiempo, no existen por el momento
posibilidades de una limitación de los recursos pese a las exigencias de la actual
coyuntura económica alemana, que obliga a este país a transferir cada día más
recursos hacia su parte oriental. La descentralización, una de las características del
sistema de trabajo alemán, representa además para Chile tanto un esfuerzo como
un desafío para captar mejor todas las posibilidades existentes.
Ojalá que en el futuro cercano entonces, nuevos campos de cooperación científica
cada vez más vastos se inauguren, donde Chile pueda exhibir beneficios a corto,
mediano y largo plazo.-
Arturo Leiva O.
Desde Europa
(Fuente: Agregado Científico, Embajada Chilena, Bonn)
(Publicado en El DIARIO -(Finanzas.Economía.Comercio)- de Santiago
de Chile, 31 de Diciembre de 1992)