Serie ADÓNDE VA ITALIA.

Parte V
ITALIA: LA PELIGROSA CADENCIA
PROSIGUE *
(El Drama y la Violencia entran a la escena política)

 


Por Rolando Arturo Leiva
29 de Abril de 1994

 


El 13 de mayo de 1993, la policía conduce detenido a Franco Novili, el Presidente
del IRI (Instituto para la Reconstrucción Estatal) perteneciente al ramo de obras
públicas, el primero de los holdings de Italia, donde encuentran empleo más de 400
mil personas. Novili ha sido también acusado de complicidad con la Tangente. Tal
es un ejemplo de la seriedad con que se lleva a efecto la operación MANI PULITE.
Por lo mismo, la expresión “revolución italiana”, tan eufemística hasta la fecha, ya no
podrá seguirse usando siempre así.
Una respuesta se produce por parte de los intereses tocados, siempre difíciles de
definir y elusivos e incorpóreos en Italia. El golpe ocurre allí donde nadie lo hubiera
pensado. El 27 de mayo de 1993, va a explotar una gigantesca bomba en las
proximidades de la Galería Uffizi de Florencia, donde se guarda uno de los tesoros
más irremplazables y reconocidos de las obras de pintura de todos los tiempos.
Parcialmente, algunas obras de arte van a resultar destruídas. Por fortuna, no se ha
querido destruir por completo la Galería, -cosa que los autores podrían muy bien
haber realizado, sino sólo dañarla en parte-. Italia otra vez debe reaccionar
conmocionada por lo racional e inexplicable, el odio contra una pieza reconocida del
arte aparentemente no tiene justificación política. Seis inocentes además han
pagado con su vida la que seguramente ha querido ser sólo una “advertencia”. La
capacidad de desprecio hacia lo valioso, es sin embargo su principal sentido, así
interpreta la mayoría la colocación de la bomba. Los especialistas informan al mismo
tiempo que los intereses que han actuado tras el atentado lo han hecho más bien a
la desesperada y ya no mediante esa seguridad y arrogancia que los caracterizaba
antes.

En efecto. Renovados y más exactos golpes, se han descargado entretanto sobre la
Mafia, no sólo en Sicilia sino en el resto del país, y ahora los “bosses” detenidos,
-jefes de clanes y de zonas en que se han dividido su “territorio”- ya se cuentan por
decenas.
Al mismo tiempo, van a seguir dándose nuevos desarrollos políticos y ello será lo
que ocurrirá en las elecciones del 6 de junio de 1993, -con segunda vuelta hacia el
20 de ese mes- en nuevas elecciones comunales. El resultado demuestra que otra
vez la Liga Norte, en las reparticiones electorales de esa región, ha ratificado su
éxito sin precedentes anterior, encaramándose a porcentajes cercanos al 40%. Pero,
vaya sorpresa. A su lado va colocándose inesperadamente una distinta fuerza
política, -no tan nueva en realidad, pues deriva de los bien conocidos ex comunistas
italianos que en esos momentos han cambiado de nombre para hacerse llamar PDS,
Partido Democrático de la Izquierda. La Liga logra hacer triunfar su candidato para
alcalde de Milán, Marco Formentini, pero también lo hace un miembro del PDS como
alcalde de Turín. Esta inesperada reagrupación de fuerzas políticas, significa sin
duda que el factor conmocionante e intransable de la política italiana de esos
momentos, ha pasado a ser la Liga Norte, capturando ella sola la porción de los
electores que quieren protestar contra el actual estado de cosas. También ese
renovado espectro político, insinúa asimismo una distinción por zonas de Italia, con
una parte septentrional donde triunfa la Liga; luego un sector central del país que
simpatiza más bien con la izquierda representada por el PDS; y a continuación, una
sección sureña que aún mantiene su adhesión a la más reputada fuerza política de
esta zona, la Democracia Cristiana. Dicha zonificación podría envolver un riesgo,
pues va a tocar el nudo de las regiones que se sumaron en la unificación italiana,
cuya data no es tan antigua.
Mientras están desarrollándose todas estas circunstancias, los trabajos para
deshacer la madeja y el puzzle que representa la Tangentópoli quedan de pronto
paralizados. Sábese, de nuevo, de algo traumático que engendra la conmmoción
nacional. El ingeniero Presidente del ENI, Gabriele Cagliari, 133 días confinado en la
insensible prisión de San Vitore, Milán, resuelve tomar la última determinación el 20
de julio de 1993. Ello ya lo había preavisado en una misiva desgarrada hecha llegar
poco antes a su cónyugue, con el ruego de que no fuera leída hasta un día preciso.
El bullicio y la euforia que acompañaban hasta esos momentos los éxitos contra la
Tangentópoli, dejan paso ahora a un sentimiento de piedad colectiva, pues nadie
pensaba llevar las cosas hasta el punto de sesgar la vida de seres humanos. Lo
ocurrido, conducirá a que sea puesto en duda el sistema de la prisión preventiva que
se ha usado principalmente en las causas contra los sospechosos de Tangentópoli.
Dicho recurso, piensan muchos, podría estarse volviendo ya un sin sentido. Y sin
embargo, no terminan de acallarse las lágrimas y los sentimientos hecho públicos
con motivo de la desaparición de la figura número uno del ENI, cuando todavía se
produzca otro automartirio que mucho recuerda al primero. Cae pesadamente la
noticia de que se ha quitado la vida, disparándose un tiro en la sein, el renombrado
empresario Raúl Gardini, segundo hombre de negocios de Italia luego de De
Benedetti, -al cual también le tocará saborear los rigores de la cárcel no mucho
tiempo después.
El oprobio del mal manejo empresarial ha terminado por derrumbar moralmente a
Gardini, existen en esos momentos pruebas suficientes sobre quiebras fraudulentas
y sobre movimientos inconmensurables de capital, -cuyo rastro se ha perdido-, así
como de su participación en la Tangentópoli. Los personeros de la justicia ya han
sido informados a través de los descargos de otro detenido, comparable a él en
importancia, su socio Garofano, recién extraditado desde Suiza y jefe de la
compañía Montedison, una parte del trust de Gardini. Este último entonces calcula,
visionariamente, que va a ir a dar, como otros, a prisión. Y tratándose de un mega
empresario fastuoso como él, -al que sin embargo todos llaman el Campesino- ello le
reporta la ruina. Con él desaparece unos de los Barones de la economía italiana.
Todo entonces, se da de manera mucho más seria de lo que nunca nadie había
calculado. Lo comprueba también la reaparición del terrorismo en esos días, que
quiere desempeñar su papel atacando en Milán, -también las proximidades de un
Museo-, y en Roma, dos veces, apuntando a Iglesias que son consideradas tesoros
de arte.
El plan terrorista parece dar resultado en Milán pues, empleando un subterfugio, el
auto cargado de explosivos logra sesgar la vida de dos bomberos, dos guardias
metropolitanos, y un inmigrante, que son aventados por los aires cuando se acercan
a indagar la causa de porqué está saliendo una columna de humo de un automóvil.
En las primeras horas de la mañana siguiente, un impresionado Antonio Di Pietro
acude silencioso al lugar de los hechos, como a reflexionar delante del daño que han
provocado los intereses que él mismo combate. Milán, poco después, desafilará en
masa acompañando a sus víctimas.-

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* Este es el quinto artículo de la Serie ADONDE VA ITALIA que continúa en los números
subsiguientes de EL DIARIO.


Arturo Leiva O.
Desde Europa


(Publicado en El DIARIO -(Finanzas.Economía.Comercio)- de Santiago
de Chile, 9 de Agosto de 1994.)
Continúa en La Serie ADÓNDE VA ITALIA. Parte VI
ITALIA: LA PELIGROSA CADENCIA ALCANZA SU MÁXIMO (La
Tangentópoli suma ya un millar de detenidos y el espectro político.
cambia. 1993-1994)