INCREIBLES REVELACIONES SOBRE GUERRA

FRANCESA EN ARGELIA

 

Por Rolando Arturo Leiva

18 de mayo 2001

 

Heidelberg (Alemania) - Las más increíbles revelaciones que hayan efectuado

nunca autoridades encargadas de conducir una guerra colonial serían efectuadas a

principios de este mes en Paris por el general Aussaresses.

 

Sus declaraciones -publicadas parcialmente en forma de libro- deben considerarse

como no solamente afectando o poniendo en cuestión la legitimidad de la guerra de

Argelia que llevara a cabo Francia entre 1951 y 1959, sino afectando hasta los

mismos fundamentos del estado de derecho en Francia, así como a figuras

principales del Estado, entre ellos el ex Presidente Francois Mitterand, Ministro de

Justicia en tiempos de la guerra argelina.

 

Lo más conmocionante de las declaraciones del generral Aussaresses consisten

además en la forma absolutamente carente de intención de justificación de lo que se

presenta, y a la vez el aparente caso omiso que hace su autor del hecho que ellas

echan los fundamentos para iniciar una acusación en su contra por crímenes de

guerra y crímenes contra la humanidad, acusaciónes cuya tramitación ya ha

comenzado en realidad a estudiarse en algunos juzgados de la jurisdicción de Paris.

De la misma manera, estas declaraciones aparentemente parecen hacer también

caso omiso del hecho que ellas incriminan a las más altas autoridades de Estado

francés de la época e incluso a la jurisprudencia dictada sobre la guerra de Argelia,

estando además los hechos relatados en contradicción con diversos convenios y

tratados internacionales suscritos por Francia y con la versión oficial de los hechos

que este país ha mantenido a través de los últimos 40 años.

 

La parte principal de las revelaciones del general Aussaresses, aparecieron en forma

de libro el 3 de mayo pasado, en Paris, bajo el título de SERVICIOS ESPECIALES –

ARGELIA 1955-1957 de la Editorial Perrin. Extractos del mismo, serían

reproducidos ese mismo día por el vespertino LE MONDE. La publicación daría lugar

al día siguiente, 4 de mayo, a una declaración del Elyseo -sede de la Presidencia de

Francia- en la cual se afirmaría que el Presidente de la República, se encontraba

“horrorizado por las declaraciones del general”, agregando que Chirac,“una vez más

condena las atrocidades, los actos de tortura, las ejecuciones sumarias y los

asesinatos que pudieron ser cometidos durante la guerra en Argelia”. Ese mismo

día, el Presidente Chirac retiraría también la medalla de la Legión de Honor que

fuera otorgada al general Aussaresses por “servicios distinguidos”. Al mismo tiempo

que esa declaración, el Primer Ministro Lionel Jospin afirmaría a su vez

encontrarse “profundamente choqueado” por “el cinismo indignante” de las

declaraciones, dando el tema lugar a continuación a dos titulares sucesivos de

primera página de LE MONDE, donde se escribiría en el primero, “Francia se

enfrenta a sus crímenes en Argelia”, y en el segundo, -en forma de pregunta-:

¿Cómo juzgar nuestros crímenes en Argelia ?. Por último, uno de los mayores

especialistas de la Guerra de Argelia existente actualmente, el historiador Pierre

Vidal-Naquet, afirmaría en relación a la publicación de Aussaresses: ”Se debe tomar

este libro por lo que es, las memorias de un asesino”.

 

Sin embargo, sean cuales sean las motivaciones que lo llevaron a escribir este libro,

al general Aussaresses, -que cuenta actualmente con 84 años-, no puede habérsele

pasado desapercibido el hecho que la connotación final de su libro implica a todo el

aparato de Estado francés en la práctica sistemática de actividades lindando con el

genocidio, aparte de incriminarse seriamente a sí mismo, que es el principal autor de

los hechos.

 

A modo de información general, puede señalarse que el oficial francés de aquel

nombre, fue un militar de carrera en el arma de Infantería, sección paracaidistas,

obteniendo a continuación, en esa arma, la especialidad de Inteligencia. Ambas

actividades lo llevaron, ya en tiempos de la 2ª Guerra Mundial, a adquirir la

condición de un agente especial del Ejército. En esa calidad, asumiría a mediados

de los años 50, el cargo de jefe máximo del Servicio de Informaciones en la guerra

contra el movimiento de liberación argelino, estando subordinado directamente solo

al general de paracaidistas Massu, la principal autoridad política y militar a la vez

existente en la dependencia colonial francesa que era Argelia en aquellos

momentos.

 

Sin embargo, la mejor definición de la verdadera función que tenía en aquel instante

el Servicio Especial dirigido por el general Aussaresses, la brinda él mismo en una

entrevista a LE MONDE, cuando -usando de esa manera que ha sido calificada de

“cinismo indignante”- llega a afirmar: “un artículo recientemente aparecido en un

periódico ha pretendido que mi equipo era un escuadrón de la muerte. Al principio no

me ha agradado leer eso. Pero después, en realidad yo debo reconocer que era

verdad: nosotros éramos un escuadrón de la muerte”.

 

El general relata y describe con lujo de detalles y total precisión cronológica, la

práctica generalizada de la tortura, tanto contra militantes del movimiento de

liberación argelino como contra la población musulmana. La recomendación de usar

la tortura efectuada por parte de las máximas autoridades políticas. Los

interrogatorios a prisioneros hasta la muerte y en los cuales participaría él en

persona. Las ejecuciones a continuación de prisioneros hubieran o no confesado.

La creación de un cuartel especial bajo su dirección para hacer desaparecer

detenidos mediante ejecución, y al cual eran remitidos todos los detenidos

efectuados por el resto de las reparticiones militares. Las “liquidaciones” en el

terreno, -donde también participara una vez -personalmente Aussaresses- y que

comprendieron en tal caso a 24 prisoneros ejecutados a un tiempo.

El general Aussaresses explica sus operaciones como que “habíamos instaurado un

contra-terror”. Sin embargo, no explica cuál era realmente la necesidad de ese

“contra-terror” ni a qué finalmente condujo, considerando el hecho de que los

franceses se encontraban en un país extranjero y que a la larga debieron igualmente

retirarse del mismo. La guerra de Argelia terminaría efectivamente a partir del año

1959, con el retiro francés de Argelia ordenado por Charles de Gaulle, conduciendo

ello a que una parte del Ejército en el que militaba Aussareses se rebelara en contra

del poder central por tal decisión.-

 

RAL

Heidelberg, Alemania

18 de mayo 2001

 

(Una versión de este artículo fue publicada en el periódico digital Primera Línea, de

Santiago de Chile, bajo el título de Revelan Crímenes de Guerra por parte del

Ejército Francés, por Rolando Arturo Leiva desde Heidelberg, 20 de mayo 2001)