FUERTE BAJA DEL EURO RESPECTO DEL
DÓLAR


Por Rolando Arturo Leiva
22 de abril 2000


Heidelberg (Alemania) - La moneda europea experimentó el martes 25 de abril 2000
un descenso histórico, llegando a bordear la cifra de 91, 65 centavos por dólar. La
tendencia hacia la baja de la moneda única europea, ya se había puesto de
manifiesto el lunes, cuando el Euro cerró a 93.85 centavos de dólar. En relación a
cuáles pueden ser los motivos de esta tendencia a la baja del Euro, así como las
reacciones y consecuencias que la divisa europea ha provocado, aún no se advierte
completa unanimidad en las capitales europes y círculos financieros para juzgar el
asunto.
Existe acuerdo en considerar, por ejemplo, que el alza de la moneda norteamericana
no es producto en realidad sólo de la especulación. Al contrario, se considera
actualmente que la verdad de la fortaleza del dólar, estriba en el hecho que la
economía norteamericana está creciendo a un ritmo doble en relación a la zona
económica donde rige el Euro, y entonces, las tasas de interés son muchísimo más
altas en dólar, llevando a que los depósitos en esta última moneda superen a los
depósitos en Euros. En el primer trimestre del presente año, la economía
norteamericana creció a un ritmo del 6%, cifra peligrosa, por la tendencia
inflacionaria implícita y la preeminencia del consumo por sobre el ahorro, pero que,
igual, produce fuerte atractivo.
La noticia de la baja histórica del Euro, no ha producido reacciones especialmente
marcadas en los ambientes europeos, -lo que para muchos representa en sí un
síntoma muy negativo-, aunque las expresiones refiriéndose a un verdadero
derrumbe del Euro y a la existencia de una auténtica crisis del mismo, -“que asume
proporciones humillantes e inquietantes“- se han generalizado.
Antes de su nacimiento y faltando dos años aún para su circulación oficial, el Euro
en realidad ha pedido más de un 20% de su valor respecto al dólar y un 25%
respecto al Yen.
La explicación de este fenómeno progresivo de la moneda única europea, se está
intentando actualmente atribuirla a causas diversas.
Primero, se sugiere como explicación la ausencia de las necesarias reformaas que
desde hace tiempo exige la economía europea: la no implementación de una política
de corte de gastos fiscales y previsionales, especialmente en países como Francia,
Italia y Alemania; la falta de flexibilidad que se advierte en el mercado europeo, y por
consiguiente, la pérdida de confianza de los empresarios. Como el monopolio y la
rigidez económica producen inflación, esto frena un crecimiento económico más
sostenido.
Una segunda explicación que se provee habitualmente para este fenómeno, apunta
ahora más bien a factores políticos que tienen que ver con el tipo de relaciones que
se mantienen al interior de la Unión Europea. Éstas no habrían llegado a alcanzar el
carácter transparente y armónico que sería de desear para mejorar el clima
económico. Se cita por ejemplo el caso de Austria actualmente, o la posibilidad de
un gobierno Berlusconi en Italia que colocaría a ese país en conflicto con la Unión
Europea.
En tercer lugar, también se ofrece como causa muy importante del escenso del Euro
el hecho que los europeos continúen invirtiendo en grandes proporciones en USA, lo
que da lugar a un proceso constante de vender Euros para comprar dólares. Los
europeos están colocando actualmente capitales en USA a un ritmo de U$ 220
billones anuales, lo que equivale a una verdadera exportación de capitales, y -no
obstante el valor casi prohibitivo alcanzado por la divisa norteamericana-, diversas
multinacionales francesas, inglesas y alemanas especialmente, continúan
comprando empresas norteamericanas. Cuál es la razón de ello, se pregunta un
comentarista del diario de Roma, Italia, LA REPPUBLICA. Y se da la respuesta
siguiente: “Porque los industriales europeos están convencidos que la economía
norteamericana es más competitiva, posee tecnologías más avanzadas y métodos
productivos más eficientes. Invertir en los EEUU es un modo de adquirir
conocimientos, estudiar cómo afrontar una competencia más dura, y no perder el
contacto con la economía líder de la economía mundial”.
Ante la caída y el descenso del valor del Euro se han generado en Europa
principalmente dos tipos de reacciones. La primera, parece ser una atmósfera de
desencanto sobre el Euro que está creciendo en Europa y especialmente en
Alemania, país que hasta ahora no logra digerir de buen grado la pérdida de su
moneda, el Deutsche Mark. Se critica también -desde este punto de vista- el que
algunos, erróneamente, estimen que una moneda débil constituye un desarrollo no
necesariamente tan negativo, pues podría ser un factor de crecimiento económico.
Desde esta perspectiva, hay quienes sostienen, por ejemplo, que el descenso del
valor del Euro podría llegar a producir un alza del 0,5% en el crecimiento económico
europeo, pero los críticos de esa posición replican que ello supondría igualmente un
aumento de la inflación en ese mismo porcentaje.
Las opiniones más pesimistas consideran que el Euro continuará bajando respecto
al dólar, pues este proceso tiene por causa final el desarrollo sorprendente de la
economía norteamericana.
El Ministro de Finanzas alemán, conocido por un punto de vista más bien crítico
hacia la perfomance de la economía europea, opina sin embargo más
favorablemente acerca del fenómeno del descenso del valor del Euro, señalando
que 15 meses después del lanzamiento del Euro, todos los índices económicos
donde funciona la moneda única han mejorado, y que este hecho, tarde o temprano,
se reflejará en los mercados.
De ser cierto lo anterior, podría entonces tener validez el argumento de que la
debilidad monetaria europea pasará a volverse un incentivo para el crecimiento
económico.-


RAL
Heidelberg (Alemania)
22 abril 2000