CONFERENCIA OMC (WTO) EN QATAR

SITUACIÓN POBREZA/RIQUEZA MUNDIAL

TEMA CENTRAL DEL DEBATE

 

Por Rolando Arturo Leiva

9 noviembre 2001

 

Heidelberg (Alemania) - Desde su creación en 1994, la Organización Mundial de

Comercio (OMC), -más conocida internacionalmente por su sigla en inglés WTOha

jugado un rol esencial en el proceso de apertura de las economías nacionales al

comercio exterior, transformándose por ello en un factor decisivo del proceso de

Globalización en su conjunto. La reunión de Qatar, inagurada este viernes, tiene

ahora planteados nuevos desafíos, entre ellos, asumir el peso de la

responsabilidad por la situación de riqueza / pobreza creada actualmente en el

mundo.

 

Tras su creación en 1994, y después del schock que produjeran las

manifestaciones antiglobalización de Seattle, -Estado de Washington- hace dos

años atrás, la OMC (WTO) se enfrenta ahora un escenario mundial radicalmente

cambiado. Como puede suponerse, ya no figura más a estas alturas en la tabla de

discusión el proceso de globalización en sí mismo, que se encuentra en la práctica

existiendo en la mayoría de los países de mundo. Lo que verdaderamente se

encuentra en discusión en estos momentos, es sin embargo el significado mismo

de la Globalización como tal, y a qué situación está conduciendo. Más aún, para

muchos, el verdadero punto a dilucidar es si hay en realidad Globalización, o este

proceso no es nada más que una pantalla para que los países más ricos puedan

penetrar y apropiarse de los recursos de los países más pobres, con escasas

posibilidades de que pueda suceder otro tanto a la inversa. Las predicciones, en

vísperas de la reunión en la capital de Qatar, Doha, no resultan por eso muy

optimistas. Muchos hablan, en cambio, de la posibilidad de que la reunión llegue a

transformase en un escenario de confrontación entre países ricos y pobres. Y todo

ello, teniendo en cuenta el momento muy sensitivo de la actual coyuntura mundial

Tampoco se va a encontrar verdaderamente en discusión ahora, si la apertura

económica supone beneficios o no para los distintos países, o si ésta ha producido

una disminución de la pobreza en el mundo. La opinión del Ministro de Comercio

norteamericano, Zoellick, de que la tasa de pobreza absoluta en los países en

desarrollo que participan en el proceso de globalización “ha caído agudamente en

los últimos veinte años”, se considera por lo general una opinión relativamente

aceptada. En cambio, lo que hoy se discute, es en qué proporción han sido

beneficiados los distintos países, debido a que, si la pobreza ha experimentado una

disminución en términos absolutos, la brecha en cambio entre riqueza y pobreza en

el mundo, en términos proporcionales, se ha incrementado y acentuado en una

proporción nunca vista ahora, encontrándose en una relación de 10 o incluso de 20

a 1 al presente. Los ricos ahora, son 10 a 20 veces más ricos que los pobres, en

circunstancias que, hasta hace no tantos años atrás, esa proporción era solamente

de 3-5 a 1 como promedio. Y esto se considera actualmente la clave y el secreto de

todo el proceso de globalización.

 

A nivel de los Estados, además, - y como escribiera agudamente el comentarista

norteamericano William Pfaff-, casi ninguno de los aspectos del proceso de

desregulación de las economás y de los Estados que ha ocurrido, y que se ha

favorecido en los diferentes países, resultan aceptables, y no ha sido introducido,

ni en los Estados Unidos ni en los países de la Unión Europea. De tal suerte,

entonces, que estas últimas sociedades y sus Estados, han llegado, en realidad a

crecer en cantidad y en calidad, al tiempo que el de otros países han ido perdiendo

toda su fisonomía y sus rasgos característicos, disminuyendo en calidad y en poder.

Como se sabe, la OMC o WTO, se encuentra integrada por 142 miembros y en la

reunión en la cima, que es la que se realiza esta vez en Qatar, participan con

derecho a voto los Ministros de Comercio de cada país. Sin embargo, este aparente

escenario mundial paritario, donde cada país va en calidad de interlocutor con

iguales derechos, no hace otra vez más que esconder, para muchos, la situación

verdaderamente existente en la práctica, en la cual, un grupo de países poderosos

actúa a menudo en forma concertada e impone su voluntad a los países más

débiles, que rara vez alcanzan a actuar de conjunto.

 

Como puede suponerse, el abogado más decidido de continuar expandiendo el

proceso de apertura de las economías, resulta ser el gobierno de los Estados

Unidos, quién, hablando por boca del su Ministro de Comercio, Robert B. Zoellick,

ha escrito lo siguiente en las páginas del INTERNATIONAL HERALD TRIBUNE, a

propósito de la reunión de Qatar: “Los Estados Unidos se van a reunir con 141

naciones en Doha, Qatar a partir de este viernes para lanzar nuevas negociaciones

sobre el comercio global. El objetivo es disminuir las barreras al comercio y hacer

aumentar las expectavas para la recuperación económica, el desarrollo, el

crecimiento y la apertura”.

 

La reunión parece entonces inspirada en la filosofía de la apertura económica y la

liberalización, pero hay muchos, en cambio, que objetan ya la misma utilización de

esos términos. Los países llamados “pobres -escribe el NEW YORK TIMES del

miércoles pasado- sostienen que “los Estados Unidos, la Unión Europea y otros

países ricos, no están verdaderamente practicando el dogma de la libertad de

comercio que predican, porque están limitando las exportaciones de los países en

desarrollo, tales como en vestuario y productos agrícolas”.

 

Incluso el portavoz de un país considerado rico, como es el primer Ministro de

Bélgica, sede de la Unión Europea, Guy Verhofstadt, ha llegado a sostener una

cuestión semejante, afirmando: “Hay un poco de hipocresía occidental en toda la

retórica acerca del libre comercio, porque realmente no estamos abriendo nuestras

fronteras al comercio de los países pobres”.

 

La otra queja habitual de aquellos denominados países pobres, consiste en que el

sistema de la llamada libre competencia, ha pasado a volverse en realidad en un

sistema de competencia desleal. Los susbsidios brindados por los Estados de la

Unión Europea a productos no deseados en sus países y que pueden penetrar así

los mercados más pobres a precios bajísimos, no van a dejar a ser otorgados a

pesar de las protestas en este sentido.

 

El relación al tema de la ayuda al desarrollo, el Ministro de Comercio norteamericano

Zoellick ha escrito: “nosotros también reconocemos la necesidad de brindar ayuda y

apoyo financiero a través de los Bancos multilaterales de desarrollo, para ayudar a

los países en desarrollo a tener la capacidad de tomar parte en las negociaciones

de intercambio comercial y mantener los acuerdos firmados. El año pasado, los

EEUU han otorgado más de U$ 555 millones en asistencia a la capacidad comercial,

más que cualquier otro país”.

 

A esto replica, sin embargo, el economista jefe del Banco Mundial, Nicholás Stern,

señalando, -de acuerdo a lo que escribe el NEW YORK TIMES- que “los países

ricos gastan un total superior a un billón de dólares al día en subsidios agrícolas que

es más de 6 veces la cantidad que ellos otorgan en asistencia al desarrollo”.

La presión política de los lobbies también resulta un factor que vuelve casi en una

ficción el libre comercio. Los consumidores norteamericanos pagan tres veces más

que el precio mundial de la azúcar -escribe el NEW YORK TIMES- para proteger a

los productores norteamericanos, elevando así los precios a niveles inalcanzables

para los productores de otros países, mientras el gobierno norteamericano impone

precios rígidos para mantener bajas las importaciones de los países pobres del

Caribe.

 

Los EEUU y la Unión Europea ha insistido que un fracaso en Qatar, “es algo

demasiado devastador como para ser admitido”. Esto, considerando que la OMC

(WTO) debe actuar por consenso, es decir, cualquier miembro puede bloquear con

su voto un acuerdo. Sin embargo, tal aparente necesidad de consenso no pasa de

ser, para otros, más que otro elemento de la retórica de la globalización. Los

EEUU, hablando por boca de su Ministro Zoellick han hecho saber, igual, que si la

OCD no avanza ahora “los EEUU van a continuar tratando de conseguir la

liberalización del comercio, volviéndose hacia alternativas regionales o alternativas

de país a país. Estamos -dice- ya participando en negociaciones regionales en el

Nafta y en negociaciones bilaterales con Chile y Singapur. Dado el tamaño y el

carácter innovativo de la economía norteamericana, podemos ser un socio atractivo

para otros que tratan de liberalizar el comercio”.

 

Como estas declaraciones evidencian el propósito de seguir adelante en los mismo

términos que hasta ahora, haciendo poco caso de los fuertes reparos planteados,

puede concluirse, entonces, que las perspectivas para que se alcance un acuerdo

consensual en Doha, Qatar no lucen desgraciadamente muy alentadoras.-

 

RAL

Heidelberg, Alemania

9 de Noviembre 2001

 

(Una versión de este artículo fue publicada en el periódico digital "Primera Línea", de

Santiago de Chile, bajo el título de" Qatar: De Al Jazeera al Debate Globofóbico

entre Ricos y Pobres", "por Rolando Arturo Leiva desde Heidelberg", 11 de

noviembre del 2001)